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La Ciudad de México se ha establecido como el epicentro de negocios en Latinoamérica, atrayendo cada vez más a empresas internacionales que buscan capitalizar el fenómeno del nearshoring.

En un entorno económico marcado por la incertidumbre, la inversión inmobiliaria en México emerge como una opción sólida y atractiva frente a otros instrumentos financieros.

Desde las zonas rurales de Illinois hasta el norte de Las Vegas, una nueva tendencia está tomando fuerza en el mercado inmobiliario en Estados Unidos.

Se anticipa que el nearshoring influirá significativamente en la economía mexicana a largo plazo, con proyecciones que se extienden hasta dos décadas en algunos sectores.