Las condiciones actuales del mercado de crédito e inmobiliario permiten al público aspirar a la adquisición de una vivienda, a pesar de todo el contexto.
Pocas actividades pueden presumir que, a pesar de todos los inconvenientes de los últimos años, no han dejado de crecer. Nos referimos al mercado hipotecario bancario, que por encima de crisis e incertidumbre mantiene un ritmo de crecimiento y, a diferencia de lo que sucede en otros países, se mantiene sano.
En México, el crédito hipotecario es la mejor alternativa para que las familias se hagan de un patrimonio en el momento en que necesiten una vivienda. Siempre será más adecuado comprar hoy que en el futuro, porque el valor de las propiedades avanza a un ritmo más acelerado que la inflación y los ingresos no siempre van a la par.
Millones de mexicanos requieren de soluciones de vivienda y en el crédito hipotecario se encuentra la mejor herramienta; sin embargo, los bancos se han concentrado en el mercado formal y potencialmente hay un mercado muy grande de no asalariados que hay que atender.
En medio de la gran competencia que hay entre los bancos en el producto hipotecario, nuestra obligación como institución es generar certidumbre para los clientes.
El crédito hipotecario ha evolucionado en los últimos 20 años y posiblemente ya no debemos esperar nuevos productos en cuanto al destino del crédito, eso ya no es lo relevante. Más bien, debemos esperar que se siga desarrollando la ingeniería financiera y el aprovechamiento de los datos de las personas a través de la tecnología, para poder ampliar la base de clientes potenciales.
La banca se ha mantenido muy sólida en los años más recientes, resistiendo el embate de la larga crisis sanitaria sin mayores afectaciones y manteniendo amplios recursos listos para financiar al sector privado, tanto empresas como particulares, entre ellos para otorgar el crédito hipotecario.
La corrección al alza que están teniendo las tasas de interés del crédito hipotecario de la banca y la elevada inflación han propiciado que el destino del crédito se modificara en 2022 respecto a 2021, disminuyendo en forma importante la potabilidad y dándole mayor atractivo al crédito de liquidez, pero sin que el financiamiento de adquisición deje de ser el principal destino.
El mercado inmobiliario de vivienda no es ajeno al proceso inflacionario y sus efectos se ven sobre la oferta (por el lado de los precios), pero también del lado de la demanda por el poder adquisitivo de las personas.
Solicitar un crédito hipotecario para adquirir un inmueble debe estar acompañado de un ahorro previo, el cual tendrá como destino dar el enganche del crédito y cubrir otros gastos relacionados con la posible adquisición, entre ellos, los gastos notariales e impuestos.
Los seguros dentro de un crédito hipotecario están considerados parte de lo que llamamos ‘accesorios’ de la hipoteca. El objetivo de este artículo es explicar cuáles son y en qué consisten las coberturas de cada uno para mitigar los riesgos de los involucrados en el financiamiento.
Una pregunta que todos nos hacemos al pensar en un proyecto tan importante en la vida como lo es comprar nuestra casa, es si en verdad hoy es el mejor momento. Tener un lugar en donde vivir es una necesidad esencial que de una u otra manera debemos resolver.
La demanda de crédito hipotecario en México, tanto a los organismos públicos como a los entes privados, está relacionada con la formación de hogares y las necesidades de la población, la situación económica, el déficit de vivienda y, por supuesto, con el bono demográfico.
Como parte de la innovación, HSBC fue el primer banco en lanzar los programas “Fovissste para Todos”
Cada vez más y con mayor frecuencia escuchamos y leemos sobre conceptos propios de la era digital y el impacto que pueden tener en el ámbito inmobiliario.
La inflación es uno de los principales factores de incertidumbre para la economía del país. En cuanto al sector inmobiliario, se ha visto afectado, en particular los precios de las propiedades.
Factores internos y externos podrían poner fin al lento proceso de recuperación económica de México y llevarnos de nueva cuenta a un proceso recesivo. Los riesgos van creciendo.
Hay muchos estudiosos que han escrito y tratado de entender qué es el sentido común y cómo poder sacar provecho de él, uno de los más prolíficos es Martin Lindstrom, quien en su último libro: El Ministerio del Sentido Común (Deusto), nos alerta para que la insensatez no reine a escala planetaria.
Hoy, más que nunca, el sector inmobiliario necesita de visión y sinergias que nos ayuden a reposicionarnos como uno de los más relevantes y estratégicos de la economía mexicana.
Editorial
Una de las ediciones de Real Estate Market & Lifestyle que se han vuelto tradicionales es su especial de Crédito Hipotecario. A lo largo de los últimos 19 años, nos ha tocado narrar una historia de éxito del mercado financiero mexicano.
Durante dicho periodo hemos sido testigos de la evolución del crédito hipotecario que se ha ido sofisticando, madurando, complementando y del cual se han logrado colocar más de 2.4 millones de financiamientos por parte de la banca desde el 2000.
Al mercado hipotecario mexicano le han tocado superar varios episodios críticos, como la crisis subprime de Estados Unidos, en los años 2008-2009, o la reciente crisis sanitaria que sigue sin finalizar, y en las cuales siempre se observó un mercado resiliente, soportando los embates de factores internos y externos, donde prácticamente nunca hemos visto que haya dejado de crecer.
Hoy en día, luego de un año de colocación histórica en 2021 por parte de la banca, a pesar del ajuste moderado a la alza en las tasas de interés del crédito, durante el año en curso mantiene un ritmo de crecimiento que se estima puedas finalizar 2022 con un crecimiento cercano al 10%, que sería un nuevo histórico por el monto de colocación.
Si bien una preocupación gira en torno al mayor costo del producto hipotecario ante las fuertes presiones al alza observada en las tasas de interés de referencia, hasta el cierre de agosto, realmente la corrección ha sido moderada y sus costos regresan a niveles previos a la pandemia. Es decir, que en una visión histórica, el costo del crédito hipotecario hoy en día se ubica con costos interesantes, muy cerca de los mínimos históricos, por lo que sigue siendo atractivo contratar un financiamiento hipotecario de la banca.
Diversos factores, como la inflación, en particular mayores precios de los materiales para la construcción, afectan el poder adquisitivo de los potenciales compradores a través del uso del crédito. Realmente, la mayor preocupación coyuntural para la demanda de financiamiento hipotecario, se centra en el ingreso disponible de las personas y en la estabilidad laboral.
No debemos olvidar que el producto hipotecario sigue siendo la principal herramienta a través de la cual las familias tienen acceso a la creación de un patrimonio, lo que no está exento de tener retos de cara al futuro.
Entre esos desafíos sobresale la atención a segmentos de la población que por no contar con una comprobación de ingresos a través de una nómina, suelen no ser sujetos de crédito, aunque ya se han dado los primeros pasos para atender a dicho segmento al que se le conoce como economía mixta.
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