La Generación Z está marcando su huella en el mercado inmobiliario residencial, y cada vez más jóvenes nacidos entre mediados de los noventa y principios de los 2000 están dejando la casa de sus padres para buscar su propio espacio. Sin embargo, encontrar la casa ideal para rentar no siempre es tan fácil como parece.
- Lee el contrato antes de firmar
Puede sonar obvio, pero muchos nuevos inquilinos pasan por alto los detalles del contrato de arrendamiento. Tómate el tiempo para leerlo completo, preguntar si hay algo que no entiendes y asegurarte de que todo esté claro: Renta mensual, duración del contrato, reglas de mascotas, mantenimiento, entre otros.
- Negociar no está prohibido
Aunque estés comenzando, puedes negociar. Si tienes buen historial crediticio o un empleo estable, usa eso a tu favor. Tal vez logres reducir el depósito de seguridad, conseguir un pequeño descuento o que te permitan pintar tu habitación.
- Considera compartir casa
Una opción popular entre los jóvenes: compartir casa o departamento. No solo reduce los costos de renta y servicios, también puede hacer tu vida más social y divertida. Solo asegúrate de elegir compañeros con los que compartas valores y estilo de vida.
- El espacio importa
No te fijes solo en la decoración. Piensa en cómo usarás el espacio: ¿Trabajas desde casa? ¿Te gustaría tener un jardín o balcón? ¿Necesitas espacio para una mascota o almacenamiento extra? Busca una vivienda que realmente se adapte a tu rutina.
- Ubicación, ubicación, ubicación
- Elige propietarios o administradores modernos
Busca arrendadores que usen plataformas digitales para pagos y comunicación, y que se adapten a tus necesidades. Muchos ya ofrecen casas con internet de alta velocidad, electrodomésticos inteligentes o procesos completamente online.
- Prioriza la eficiencia energética
Viviendas con luces LED, electrodomésticos ahorradores, termostatos inteligentes o ventanas de doble cristal pueden ayudarte a ahorrar en tus facturas mensuales y reducir tu huella ecológica.
- ¿Amueblado o sin amueblar?
Ambas opciones tienen sus ventajas. Amueblado es ideal si buscas comodidad inmediata; sin amueblar te da libertad para personalizar y puede ser más barato a largo plazo. Evalúa tus necesidades y presupuesto antes de decidir.
- Haz una lista de “imprescindibles” y “deseables”
No todo lo que quieres cabrá en un solo lugar. Establece prioridades: Qué es esencial (como el número de habitaciones) y qué sería un extra (como una terraza o gimnasio). Así te será más fácil elegir sin frustraciones.
- Protege tus cosas con un seguro para inquilinos
Por unos pocos dólares al mes puedes cubrir tus pertenencias en caso de robo, incendio o daños. También puedes incluir responsabilidad civil si ocurre un accidente dentro de tu casa. Es una inversión pequeña que puede evitarte grandes problemas.
¿Estás listo para dar el paso? La Generación Z está redefiniendo la forma de vivir, y tú puedes hacerlo con inteligencia y estilo.