La corrección al alza que están teniendo las tasas de interés del crédito hipotecario de la banca y la elevada inflación han propiciado que el destino del crédito se modificara en 2022 respecto a 2021, disminuyendo en forma importante la potabilidad y dándole mayor atractivo al crédito de liquidez, pero sin que el financiamiento de adquisición deje de ser el principal destino.