Editorial
El 2024 ha sido un año desafiante para el mercado hipotecario. Durante la primera mitad, se observó una nueva contracción en la colocación de crédito hipotecario por parte de la banca. Algunos atribuyeron esta tendencia al periodo electoral; sin embargo, los especialistas coinciden en que el verdadero factor ha sido el costo del crédito, es decir, las tasas de interés, junto con el acelerado aumento en los precios de la vivienda, que han crecido a un ritmo considerablemente mayor que los ingresos reales de las personas.
La menor colocación de crédito no responde a una falta de oferta de financiamiento, ya que la banca sigue abierta a otorgar créditos y dispone de amplios recursos para ello. Más bien, esta disminución refleja una contracción en la demanda, afectada principalmente por la reducción en la capacidad de las familias o individuos para adquirir una propiedad.
A pesar de estos desafíos, desde el inicio del segundo semestre del año se ha observado una recuperación que augura un cierre positivo en cuanto a colocación bancaria.
Con la llegada de la nueva administración encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, se presenta un momento propicio para evaluar la posibilidad de un nuevo auge en el crédito hipotecario, impulsado por una ambiciosa política de vivienda que planea la construcción de un millón de unidades. Este enfoque hacia la vivienda representa una prioridad que no se había visto en al menos dos administraciones anteriores.
Sin embargo, alcanzar esta meta exige una sólida coordinación entre los distintos niveles de gobierno, los desarrolladores y los organismos de vivienda. Además, el fenómeno del nearshoring ha generado expectativas de crecimiento inmobiliario en el norte y sur de México, aunque los expertos advierten que primero será necesario desarrollar infraestructura básica (agua, energía, transporte) antes de que este impulso se traduzca en una demanda efectiva de vivienda.
Si bien aún no se cuentan con cifras definitivas, durante la administración del presidente López Obrador la banca otorgó poco más de 800 mil créditos hipotecarios, una cifra ligeramente inferior a la registrada en el periodo de Peña Nieto.
Mirando hacia los próximos seis años, es probable que el costo del crédito hipotecario se reduzca, dado que las tasas de interés de referencia ya muestran una tendencia a la baja. Esta situación, junto con la política de impulso a la vivienda, podría llevar a un nuevo auge en el crédito hipotecario en el país.
Frente a este contexto, los bancos han comenzado a flexibilizar y ajustar sus productos y estrategias para adaptarse a las condiciones actuales.
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