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Las principales ciudades para que los ricos compraran una segunda casa fueron Nueva York, Miami y Londres.

En medio de restricciones de asequibilidad y preocupaciones sobre la seguridad laboral, tanto los compradores como los vendedores de viviendas expresan cautela.

Por los costos elevados de las viviendas en Estados Unidos, alrededor del 80% de las viviendas en venta están fuera del alcance del comprador promedio.