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Perder a un ser querido implica también enfrentar decisiones legales y patrimoniales. Hacer un testamento y conocer las opciones hipotecarias son claves para simplificar el futuro de la vivienda en caso de viudez.

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La pérdida de un ser querido es un proceso doloroso que, en muchos casos, también implica lidiar con trámites legales y administrativos. Uno de los mayores desafíos para las personas que enviudan es gestionar los bienes compartidos, especialmente una propiedad inmobiliaria.

 

Especialistas coinciden en que la mejor manera de simplificar este proceso es la prevención. La herramienta legal más importante es el testamento, la única forma segura de designar a los herederos de manera clara y legal, según el Colegio de Notarios de México. Hacer un testamento, que se puede tramitar a partir de los 16 años y ante notario, evita problemas futuros para los deudos.

 

¿Qué pasa con la casa si aún se está pagando?

Una de las dudas más frecuentes es qué ocurre con la vivienda si el cónyuge fallecido aún estaba pagando el crédito hipotecario. En estos casos, instituciones como el Infonavit ofrecen el “Seguro por Defunción”. Este seguro liquida la deuda y libera a los deudos de los compromisos de pago. Es recomendable incluir el crédito del Infonavit en el testamento para especificar quiénes serán los beneficiarios de la propiedad, facilitando así la transferencia del inmueble.

Al respecto, Julio César Mendoza, gerente comercial de Inmuebles24, subraya la importancia de hablar abiertamente sobre estos temas con los seres queridos. “Aunque es un tema delicado hablar sobre la muerte, es necesario que se comparta con los seres queridos toda la información necesaria para evitarles problemas si llegamos a faltar”, afirma.

 

 

¿Puedo vender la propiedad?

 

Una persona viuda sí puede vender la casa que compartía con su pareja, pero este proceso puede enfrentar algunas diferencias de opinión con otros familiares, como hijos, padres o hermanos. Para proceder con la venta, es fundamental conocer el estatus legal de la propiedad: Si existe o no un testamento y cuál era el régimen matrimonial (bienes mancomunados o separados).

 

Si la vivienda no está a nombre del cónyuge sobreviviente, se debe realizar primero un trámite de sucesión testamentaria para legalizar al nuevo dueño. En este proceso, se deben considerar los impuestos correspondientes y asegurar que la propiedad esté debidamente inscrita a nombre del nuevo propietario en el Registro Público de la Propiedad.

Para quienes no saben por dónde empezar, lo más recomendable es buscar la asesoría de un especialista inmobiliario, quien podrá guiar en los pasos a seguir, desde el avalúo de la propiedad hasta la gestión de los trámites necesarios para una venta transparente y legal.