Poco a poco, las grandes ciudades de México empiezan con la reactivación de su presencia y los espacios corporativos no son ajenos al tema. Ante ello, es necesario contar con una guía dirigida a ocupantes y propietarios que administran edificios.
Hay que tener en cuenta que en el caso de las empresas, el gobierno ha permitido el regreso a oficinas con una ocupación máxima de 20%, por lo que los ocupantes deben estar preparados para determinar sus límites y políticas.
Entre los elementos más importantes están la seguridad, salud y bienestar, que se apliquen al edificio y lugares de trabajo en concreto, además, deben tomar en cuenta las relaciones con los accionistas o partes interesadas que sean clave en este contexto deben restablecerse a la vez que las empresas se movilizan para regresar a su lugar de trabajo.
“Las inversiones en seguridad en las oficinas, es un tema crucial en estos momentos. Es deber de las empresas hacer las inversiones y planes necesarios para devolver la seguridad a los espacios de oficinas. Es importante coordinar antes de reabrir una oficina o unas instalaciones con los grupos de interés de los ocupantes y de los propietarios.” agregó Oliver Jaimes Project Management Director para México de CBRE.
¿Qué se debe evaluar?
Jaimes aseveró que no es recomendable traer de regreso a la oficina a todos los equipos de trabajo, ya que son parte de las primeras lecciones aprendidas en Asia y Estados Unidos indican que traer a los equipos de vuelta a la oficina “a tope” no es recomendable y poco coherente con la mayoría de las recomendaciones de salud pública. Las empresas deben marcar un plan para aumentar gradualmente el número de personas que regresan.
Otro elemento a evaluar los efectos en compras y finanzas: tanto los ocupantes como los propietarios deben plantearse seriamente qué nuevos niveles de servicio, materiales y actividades son necesarios para facilitar este retorno a los espacios de trabajo.
Ejemplos de áreas que necesitarán mayor abastecimiento serán un servicio de limpieza mejorado; nuevos protocolos de acceso (por ejemplo, medición de temperatura corporal y gel para manos); aumentar la cantidad de gel hidroalcohólico para manos, toallitas desinfectantes, guantes y mascarillas; replantear el entorno de trabajo, así como la tecnología y equipos necesarios; utilizar tecnologías de seguimiento, tecnologías “touchless” y otras.
Tanto ocupantes como propietarios deberán permanecer alerta y con una capacidad de respuesta rápida ante situaciones inesperadas o no deseadas, además de estar preparado para volver al “modo respuesta” en el caso de que hubiera sospechas o confirmación de un caso positivo.