En un día histórico para el desarrollo del sureste mexicano, Claudia Sheinbaum, Presidenta de México, encabezó la inauguración de los tramos 6 y 7 del Tren Maya. Este evento también marcó el primer aniversario de este megaproyecto, considerado como una de las obras más significativas del país en las últimas décadas.
La ceremonia tuvo lugar en Chetumal, Quintana Roo, y congregó a autoridades federales, estatales y locales, además de comunidades que se han beneficiado directamente del tren.
Un sueño hecho realidad
El tramo 6 conecta Tulum con Chetumal, mientras que el tramo 7 extiende la ruta hasta Escárcega, Campeche. Estas nuevas secciones ofrecen acceso a zonas arqueológicas, reservas naturales y destinos turísticos icónicos, consolidando al Tren Maya como una herramienta clave para fomentar el turismo y la economía en la región.
Impacto económico y social
Desde su puesta en marcha hace un año, el Tren Maya ha transportado a miles de pasajeros, dinamizando economías locales y generando empleos en comunidades antes marginadas. Artesanos, comerciantes y pequeños empresarios han encontrado nuevas oportunidades para ofrecer sus productos y servicios a los visitantes.
“El tren nos ha cambiado la vida”, afirmó María Ixchel, una artesana de Chetumal que ahora vende sus productos en estaciones clave de la ruta. Estas historias se replican a lo largo de todo el trayecto, donde el proyecto ha revitalizado mercados locales y ha promovido la creación de empleos directos e indirectos.
Tecnología y sostenibilidad
Durante la inauguración, Sheinbaum subrayó que este enfoque sostenible es fundamental. “El Tren Maya no solo conecta territorios, sino también cuida nuestra riqueza natural. Es un ejemplo de cómo se puede construir infraestructura respetando el medio ambiente”, afirmó.
Celebración y reflexión
También, el aniversario fue motivo de celebración cultural. Danzas tradicionales, música regional y exhibiciones de artesanías formaron parte del evento, recordando la diversidad y riqueza cultural del sureste de México.
El Tren Maya ha consolidado su papel como un motor de desarrollo regional y como un símbolo de la visión de un México más unido, conectado e inclusivo. Con la finalización de los tramos 6 y 7, se espera que el proyecto continúe impulsando el crecimiento económico, mejorando la calidad de vida de las comunidades y posicionando al país como un líder en infraestructura sostenible.