Aunque la actividad repuntó ligeramente en agosto tras la contracción previa, analistas anticipan que el último tramo del año estará marcado por un bajo dinamismo productivo, la fragilidad industrial, menor inversión y la persistente incertidumbre tanto interna como externa.
Tras la contracción de julio, la economía mexicana registró una ligera recuperación durante agosto. El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) creció 0.6% respecto al mes previo, con cifras desestacionalizadas; sin embargo, en su comparación anual con cifras originales se reportó una caída de -0.9% en dicho periodo, y en el acumulado enero-agosto, un virtual estancamiento de -0.1%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Las actividades secundarias retrocedieron 1.7% anual en los primeros ocho meses del año, afectadas por el bajo desempeño de la construcción y las manufacturas. Además, la institución advirtió que el panorama se complica por la incertidumbre en torno a políticas arancelarias, posibles disrupciones en las cadenas de suministro y el entorno político-económico interno. Monex estima que el PIB nacional cerrará 2025 con un avance marginal de 0.5 por ciento.
Aunque el consumo privado mantiene cierto impulso por el aumento salarial, enfrenta restricciones derivadas de la débil generación de empleo, la incertidumbre económica y condiciones crediticias aún estrechas. En cuanto a la inversión, el sector público ha reducido su dinamismo debido a la consolidación fiscal, mientras que el componente privado se ha visto afectado desde el segundo semestre de 2024 por factores internos y externos de incertidumbre. No obstante, el relajamiento monetario del Banco de México ha contribuido a reducir los costos financieros y podría apoyar una moderada recuperación hacia 2026.
El banco prevé una caída del PIB de 0.3% en el tercer trimestre de 2025 y mantiene su proyección de 0.4% de expansión para el año completo, así como 1.5% para 2026.
También prevé que la actividad económica podría mejorar gradualmente en la medida que aumente el gasto público, se reduzca la incertidumbre y se reactive la economía de Estados Unidos. Sin embargo, advierte que el crecimiento seguirá por debajo del promedio histórico de 2%, acumulando tres años consecutivos de bajo desempeño.
En conjunto, los analistas coinciden en que, pese al leve avance de agosto, la economía mexicana enfrenta un entorno complejo de desaceleración, incertidumbre e inversión contenida, factores que limitan su capacidad de recuperación en el corto plazo.