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El Producto Interno Bruto de México mostró un repunte en el segundo trimestre de 2025, superando las expectativas y reflejando una economía con cierta resiliencia, el consenso entre analistas apunta a un crecimiento moderado para el resto del año. La mejora fue impulsada principalmente por la recuperación del sector industrial y de servicios, pero persisten riesgos importantes como la debilidad en el consumo e inversión, la incertidumbre política interna y las tensiones comerciales con Estados Unidos, lo que lleva a estimaciones conservadoras de crecimiento para el cierre del año.

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Por segundo trimestre consecutivo el Producto Interno Bruto (PIB) de México registró crecimiento, superando las expectativas de los analistas del sector privado.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), considerando cifras ajustadas por estacionalidad, el PIB creció 0.7% respecto al primer trimestre, mejorando el desempeño del primer trimestre cuando avanzó 0.2 por ciento.

 

Este resultado fue impulsado por el repunte del sector secundario que avanzó 0.8%, luego de la contracción de -0.3% del primer trimestre.  Asimismo, el sector servicios creció 0.7% trimestral, mejorando respecto al estancamiento del trimestre previo; finalmente, las actividades primarias retrocedieron -1.3% corrigiendo el fuerte repunte de 8.1% del primer trimestre.

 

Considerando cifras originales, el balance del PIB en el primer semestre de 2025 arroja un avance de 0.4% en comparación con el periodo enero-junio de 2024, impulsado fundamentalmente por el sector servicio con un avance anual de 1.0% y de 5.55 de las actividades primarias; en contraste, el sector industrial acumuló una contracción de -1.1 por ciento.

 

Analistas de BX+ opinan que “las cifras de hoy reflejan una economía relativamente resiliente. No obstante, prevemos un bajo ritmo de crecimiento del PIB para todo el año, de 0.5%, ante la elevada incertidumbre y el menor crecimiento económico en los Estados Unidos. Conforme la incertidumbre ceda y las tasas de interés reales bajen un poco más la actividad económica en el país podría exhibir una dinámica más favorable”.

 

 

En Monex evalúan que “los resultados del oportuno del PIB al 2T-25 apuntan un entorno que, si bien mejora respecto al desempeño de finales de 2024, continúa enfrentando claros desafíos y cierta fragilidad.  En este contexto, las actividades secundarias y terciarias muestran señales de recuperación, pero aún dentro de un contexto de bajo dinamismo en general. Asimismo, las cifras del IGAE de mayo confirman una reactivación en las industrias manufactureras y en la construcción; sin embargo, el impulso se mantiene con debilidad en su acumulado anual. Por su parte, en las actividades terciarias (servicios y comercios) se observa modesta mejoría, pero será fundamental establecer un dinamismo homogéneo entre los subsectores a su interior. Hacia adelante, el entorno de la actividad económica mexicana seguirá expuesta a riesgos relevantes, entre ellos: La incertidumbre comercial derivada de las políticas arancelarias de Estados Unidos, la cual mantiene repercusiones para las industrias manufactureras. Lo anterior, aunado a un bajo dinamismo del consumo privado y en la inversión, así como los factores políticos-económicos internos”.

 

A su vez, en Banamex sus analistas consideran que “la mejoría observada en el 2T, se relaciona con la expansión sostenida de las exportaciones y una estabilización del consumo y la inversión. No obstante, las perspectivas para los determinantes del crecimiento económico permiten anticipar que este se moderará en los próximos meses en un contexto de elevada incertidumbre por factores externos e internos. En este sentido, proyectamos un crecimiento del PIB de 0.4% para 2025 y de 1.5% para 2026, si bien la sorpresa positiva de hoy sesga al alza nuestra estimación para 2025”.

 

Finalmente, analistas de Invex opinaron que: “Mantenemos nuestro estimado de crecimiento en 0.3% para 2025 y consideramos que la economía podría mostrar fragilidad durante el segundo semestre del año. A pesar de la posición favorable que México ha tenido frente a la política comercial del gobierno estadunidense sustentada en el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), permanecemos pendientes al próximo 1° de agosto, fecha en la que entraría en vigor un arancel del 30% a las importaciones mexicanas”.