|  

La economía de México enfrenta en 2025 un periodo de estancamiento, advirtieron los economistas de Banamex, quienes estiman que el PIB no crecerá este año, y podría incluso presentar una contracción si persisten las presiones externas e internas.

2 No me gusta0

Según Sergio Kurczyn, director de Estudios Económicos de Banamex, el crecimiento del PIB para 2025 está estimado en 0 por ciento. En el primer trimestre, tras evitar una recesión técnica (con un crecimiento de apenas 0.2 %), la economía mostró señales de desaceleración, con caídas en los sectores servicios e industrial.

 

Los analistas de la institución bancaria consideran que tanto factores internos como externos frenan a la economía, identificando cuatro factores principales que explican este estancamiento:

 

  • Altas tasas de interés: El nivel histórico elevado de Banxico durante 2024 y parte de 2025 ha enfriado el consumo y la inversión.
  • Déficit fiscal elevado: El excesivo gasto público en 2024 generó una presión financiera que ahora limita las decisiones del gobierno actual.
  • Incertidumbre externa: La política comercial impredecible de Estados Unidos, incluyendo amenazas de aranceles y revisión del T-MEC, ha erosionado la confianza.
  • Incertidumbre institucional interna: Reformas al Poder Judicial y modificaciones constitucionales han debilitado los contrapesos democráticos, afectando la certidumbre jurídica.

Sector externo, el único sostén

Pese al debilitamiento interno, los analistas de Banamex destacan que las exportaciones alcanzarán crecimientos de 4.5–5%, lo que sostiene el pronóstico nulo de crecimiento; sin este impulso, el escenario sería negativo.

 

 

Aunque no se anticipa una recesión formal, consideran que el escenario es frágil y el estancamiento podría convertirse en contracción económica.

 

También, proyectan que el tipo de cambio cerrará en 20.6 pesos por dólar, mientras la inflación rondará el 4% al cierre del año.

El análisis de Banamex sitúa a México en un punto de inflexión: La economía comienza a pagar el precio de políticas monetarias y fiscales previas, junto con un entorno internacional incierto.

Y aunque el sector exportador ofrece un respiro, el reto prioritario es restaurar la disciplina fiscal, reducir la incertidumbre institucional y monetaria, y avanzar en reformas que refuercen la confianza de inversionistas y consumidores. De no hacerlo, el estancamiento podría convertirse en recesión durante la segunda mitad de 2025.