En medio de una transformación profunda impulsada por la digitalización, el mercado inmobiliario mexicano continúa sustentándose en una figura esencial: El broker inmobiliario. Lejos de verse relegados por la tecnología, estos profesionales han logrado adaptarse e integrarse como piezas clave en la evolución del sector.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI), existen más de 80 mil asesores activos en el país, muchos de ellos independientes, lo que refleja una industria atomizada, pero con una alta participación en las operaciones. De hecho, se estima que alrededor del 75% de las compraventas inmobiliarias en México involucran a un broker, lo que confirma su relevancia como intermediarios entre compradores y vendedores.
Por ejemplo, "en Tuhabi, más del 90% de las transacciones se realizan en colaboración con brokers externos, lo que demuestra su papel activo en la profesionalización del sector", explica Juan Pablo Velázquez, director de ventas de Tuhabi.
Asimismo, estudios recientes indican que los tiempos promedio de cierre se han reducido hasta en un 35% gracias al uso de herramientas tecnológicas que permiten gestionar de forma más eficiente las visitas, la documentación y la relación con los clientes. Esta evolución ha permitido que los asesores dediquen más tiempo a su función esencial: Generar confianza, entender las necesidades del cliente y guiar la toma de decisiones patrimoniales.
El mercado inmobiliario mexicano, en plena transición hacia modelos más modernos y estructurados, encuentra en los brokers una columna vertebral que, acompañada de innovación, impulsa un entorno más profesionalizado y eficiente. La digitalización no ha sustituido el valor humano del sector, sino que lo ha reafirmado.