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La demanda de oficinas en México se estabiliza, mientras el inventario crece a un ritmo más lento y el arrendamiento repunta en el segundo trimestre de 2025.

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El mercado de oficinas en México sigue ajustándose a las nuevas condiciones del entorno empresarial global. Aunque el inventario nacional continúa creciendo, lo hace a un ritmo más pausado que antes de la pandemia.

 

Al cierre del primer semestre de 2025, se sumaron 200 mil metros cuadrados al inventario de oficinas en el país. Esta cifra refleja una expansión constante, pero distante del dinamismo que se observaba en años anteriores, cuando el crecimiento superaba el millón de metros cuadrados.

 

La demanda se mantiene estable

De enero a junio de este año, la demanda nacional de espacios corporativos sumó 382 mil metros cuadrados, lo que representa un comportamiento estable en comparación con el año anterior. Según datos de la firma Solili, esta cifra equivale al 90% del volumen observado en el mismo periodo de 2024, lo que muestra una recuperación paulatina en la actividad de arrendamiento.

 

 

En el segundo trimestre del año, la absorción bruta —es decir, la superficie arrendada— alcanzó 205 mil metros cuadrados, lo que significó un incremento del 15% respecto al trimestre anterior. Esta tendencia sugiere un mayor interés de las empresas por reactivar sus operaciones presenciales o expandirse de forma selectiva.

 

Un mercado en transformación

Según los expertos, el mercado de oficinas en México aún enfrenta retos importantes, como el rediseño de espacios de trabajo, la consolidación del modelo híbrido y la búsqueda de ubicaciones más eficientes y sostenibles. Sin embargo, los datos del primer semestre del año revelan que la actividad se está estabilizando y que el sector mantiene su atractivo para inversiones corporativas, especialmente en ciudades como Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.

Con la mirada puesta en el cierre de 2025, los especialistas anticipan que la evolución del mercado dependerá en gran medida del comportamiento económico global y de la capacidad de las empresas para adaptarse a las nuevas formas de trabajo.