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El primer trimestre de 2025 marcó el ajuste más severo del sector industrial de Monterrey desde 2018, con la desocupación de más de 425 mil m² de espacio por parte de al menos 30 empresas, muchas de las cuales abandonaron la región.

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El sector industrial de Monterrey registró en el primer trimestre del año su ajuste más severo desde 2018, con la liberación de más de 425 mil metros cuadrados de espacio, desocupados por al menos 30 empresas, de las cuales la mitad abandonó la región.

 

Provocó este movimiento un aumento en la tasa de disponibilidad, que pasó de 3.0% al cierre de 2024 a 4.8% al finalizar marzo de 2025, de acuerdo con un análisis de SiiLA, una firma de datos del sector inmobiliario.

 

Sin embargo, pese a que la absorción bruta se mantuvo robusta —cercana a 470 mil metros cuadrados (m²), por encima del nuevo inventario incorporado (370 mil m²)—, el alto volumen de salidas redujo la absorción neta a solo 40 mil 385 m², el nivel más bajo desde el segundo trimestre de 2019.

Las desocupaciones fueron encabezadas por salidas como la de AGP Glass de una nave de 100 mil m² en Santa Catarina, Nuevo León, tras la suspensión de un proyecto vinculado a Tesla, y el retiro de Bosch, que liberó 30 mil m².

No obstante, la mayoría de las desocupaciones correspondieron a superficies medianas, en torno a los 15 mil m², destaca SiiLA en su reporte.

Indican los expertos que el comportamiento del trimestre no responde únicamente a factores coyunturales, ya que desde finales de 2024 se observaba una tendencia al alza en la disponibilidad, impulsada por el crecimiento del inventario especulativo.

 

Entre 2023 y 2024, la proporción de espacios especulativos dentro del nuevo stock pasó de 8.3% a 20.4%, lo que amplió los tiempos de exposición de las naves y elevó la presión sobre la oferta.

 

Además, el enfriamiento del fenómeno de nearshoring, que impulsó la ocupación industrial en el periodo 2021–2024, y las políticas comerciales más restrictivas en Estados Unidos —particularmente en el sector automotriz— también influyeron en la cancelación o retraso de inversiones previamente anunciadas.

 

 

Se lee en el documento que: “En su mayoría, se trata de multinacionales que responden a lógicas globales más que a condiciones locales. Por eso, sus salidas reflejan un reordenamiento productivo, no una pérdida de atractivo regional”.

Esto se hace más notorio, añade, al “observar que cerca de tres quintas partes de las compañías que liberaron espacio mantuvieron o trasladaron operaciones a otras regiones del país, confirmando que no se trata de una retirada, sino de una redistribución interna”.

 

A pesar de la magnitud de las desocupaciones, más del 60% de las compañías que liberaron espacio en Monterrey mantuvieron operaciones en otras regiones del país, como el Bajío, Guadalajara o la Ciudad de México, donde incluso se redujo la disponibilidad.

 

Lo anterior indica una redistribución interna, más que una salida generalizada del país.

Pese al aumento en la disponibilidad, los precios se han mantenido firmes, reflejo de un mercado que, si bien se ajusta, no ha perdido su atractivo estructural.

Monterrey conserva ventajas de su ubicación estratégica, conectividad ferroviaria y terrestre, infraestructura consolidada y una mano de obra calificada.

 

El reto será elevar la competitividad funcional. Esto incluye acelerar la adopción tecnológica, garantizar suficiencia energética, mejorar la planeación del suelo industrial y profundizar la automatización de procesos.