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En un contexto donde los altos precios y las condiciones del crédito hipotecario dificultan el acceso a una vivienda, las nuevas generaciones están encontrando en el mercado de vivienda usada una alternativa viable, funcional y mejor conectada con su estilo de vida urbano.

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De acuerdo con la Sociedad Hipotecaria Federal, el precio promedio de una vivienda nueva en México es de $1.7 millones de pesos, cifra inalcanzable para muchos jóvenes que ganan entre 15 mil y 18 mil pesos mensuales, ya que requerirían más de tres décadas para adquirir un inmueble sin financiamiento.

A esto se suma que los créditos hipotecarios exigen un enganche elevado y mensualidades que consumen gran parte de los ingresos, complicando el acceso para la población joven.

 

Frente a este panorama, la vivienda usada emerge como una opción más accesible, con precios entre 20% y 30% por debajo del mercado nuevo. Además, estas propiedades suelen estar ubicadas en zonas céntricas, con mejor conectividad, servicios, transporte y vida urbana, aspectos altamente valorados por las nuevas generaciones, afirma un análisis de Tuhabi.

 

Datos del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda (SNIIV) revelan que en 2024 se originaron casi tantos créditos para vivienda usada (234 mil) como para nueva (252 mil), lo que confirma una creciente preferencia por esta modalidad.

Plataformas tecnológicas han contribuido a facilitar este acceso mediante el uso de tecnología, datos y respaldo legal.

“El mercado de vivienda usada representa una oportunidad real para los jóvenes compradores, no solo por los precios más accesibles, sino porque muchas de estas propiedades están ubicadas justo donde quieren vivir”, afirma Juan Sebastián Sokoloff, vicepresidente de Data y Analítica de Tuhabi.

 

Así, la vivienda usada se está consolidando como una opción inteligente para que los jóvenes mexicanos accedan a una vivienda propia, sin comprometer su estabilidad financiera ni renunciar a la calidad de vida urbana.

 

Los altos costos de los inmuebles, el encarecimiento del crédito, el incremento en el precio del suelo y los niveles salariales promedio han generado un entorno en el que acceder a una vivienda propia es cada vez más difícil, concluyó el análisis de la plataforma.