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El encanto de los Pueblos Mágicos en México no solo reside en su riqueza cultural, histórica y natural, sino también en el creciente interés por adquirir una vivienda en estos destinos.

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Aunque fueron concebidos como destinos turísticos que conservan su esencia tradicional, hoy son también polos atractivos para el mercado inmobiliario, tanto para quienes buscan una segunda vivienda como para quienes proyectan inversiones a largo plazo.

Hoy en día existen 177 Pueblos Mágicos distribuidos en los 32 estados de la República, y según un análisis de Dinero.mx estos son los diez con el metro cuadrado más caro del país, donde los precios de compra y renta han alcanzado niveles que reflejan la alta demanda y la exclusividad de estas zonas.

Los 10 Pueblos Mágicos más caros por metro cuadrado en México

  1. Sayulita, Nayarit - $67,000 por m².
  2. Tulum, Quintana Roo - $39,000 por m².
  3. Valle de Bravo, Estado de México - $37,000 por m².
  4. Bacalar, Quintana Roo - $35,000 por m².
  5. Ajijic, Jalisco - $32,500 por m².
  6. Tepoztlán, Morelos - $27,000 por m².
  7. Atlixco, Puebla - $20,000 por m².
  8. Tequisquiapan, Querétaro - $21,000 por m².
  9. Xochitepec, Morelos - $21,000 por m².
  10. San Cristóbal de las Casas, Chiapas - $12,771 por m².

 

 

¿Por qué invertir en Pueblos Mágicos mediante un crédito hipotecario?

De acuerdo con Alejandro Sena, director general de Dinero.mx, estos destinos representan más que un atractivo turístico: Son una oportunidad de inversión inmobiliaria con perspectiva de crecimiento, por:

  • Aumento de plusvalía asegurado por el interés turístico sostenido.
  • Potencial de ingresos a través de renta vacacional.
  • Calidad de vida para quienes buscan un lugar para el retiro o descanso.
  • Inversión pública constante en infraestructura por parte de gobiernos locales.
  • Diversificación de portafolio, especialmente para quienes buscan propiedades con valor cultural y potencial turístico.

El mercado inmobiliario en los Pueblos Mágicos sigue al alza, impulsado por el interés de compradores nacionales y extranjeros, el desarrollo de infraestructura turística y la consolidación del turismo de experiencias.

Aunque los costos pueden parecer elevados, muchos ven en estas propiedades una forma de preservar patrimonio y capitalizar a futuro.