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Estrategas de Barclays resaltaron que las bajas valuaciones actuales del fideicomiso inmobiliario reflejan las presiones e incertidumbre comercial entre México y Estados Unidos.

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Fibra Macquarie, un fideicomiso de inversión en bienes raíces industriales y comerciales, descartó afectaciones por los aranceles al aluminio y acero de Estados Unidos, aunque reconoció un ambiente de incertidumbre económica por las tensiones comerciales entre dicho país y México, destacaron analistas de Barclays.

 

“En general, la compañía prevé una actividad de nueva construcción débil y no espera presión sobre las rentas. No obstante, con un descuento del 46% sobre el valor neto de activos (NAV), una tasa de capitalización estimada del 10.4% para 2025 y una rentabilidad por dividendo del 8%, cotiza por debajo de sus pares industriales”, explicaron los estrategas.

 

A través de un análisis, tras un encuentro con inversionistas en Europa, explicaron que estos descuentos tan altos, reflejan las preocupaciones macroeconómicas del mercado.

Destacaron que, aunque no hay un consenso claro sobre si los aranceles generales serán implementados por el gobierno de Estados Unidos sobre las importaciones de productos desde México, la incertidumbre se centra sobre en qué medida y por cuánto tiempo se mantendrán.

Pero, a pesar de esta incertidumbre, los directivos de Fibra Macquarie reiteraron que su portafolio sigue siendo resiliente, ya que subrayaron que el 84% de los ingresos netos operativos (NOI) de la firma están denominados en dólares estadunidenses, lo que proporciona una importante cobertura frente a las fluctuaciones del tipo de cambio.

 

 

También, solo el 11.4% de los contratos de arrendamiento vencerán este año, lo que da estabilidad a los ingresos a corto plazo.

 

Se espera que la firma logre una expansión ponderada del arrendamiento del 10%, lo que refuerza la idea de que no se anticipan cambios importantes en la dinámica de ganancias en el corto plazo.

 

El portafolio de Fibra Macquarie incluye solo 0.6 millones de pies cuadrados en desarrollo (0.2 millones en Monterrey y 0.4 millones en Tijuana), lo que representa menos del 2% del total de su área arrendable (GLA).

La empresa considera que este pequeño pipeline no supone un riesgo significativo de aumento en la vacancia, ya que ambos mercados, Monterrey y Tijuana, presentan una demanda sólida.

Y a pesar de que el proceso de arrendamiento podría tomar algo más de tiempo, la compañía confía en la fortaleza de estas plazas.

Además, el fideicomiso inmobiliario también cuenta con un banco de tierras de 4.3 millones de pies cuadrados para futuros desarrollos, repartidos entre Ciudad Juárez, Monterrey y otros mercados.

 

Sin embargo, la compañía ha adoptado un enfoque cauteloso ante nuevos proyectos, dado que los inquilinos también están tomando más tiempo para decidir sus inversiones.

 

En general, se espera que la actividad de construcción nueva sea moderada, sin presionar los alquileres al alza.