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Las perspectivas para el sector inmobiliario son optimistas, pero hay desafíos como la infraestructura y la formación de talento.

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México se encuentra en una posición estratégica para el sector inmobiliario y de la construcción en 2025, impulsado principalmente por el nearshoring y el crecimiento de los sectores logístico e industrial.

 

Aunque existen retos como la incertidumbre política, la infraestructura insuficiente y la competencia por financiamiento, las oportunidades son significativas para quienes logren adaptarse.

 

Conoce a continuación las perspectivas de dos expertos de la industria: Javier Llaca, miembro del Consejo Consultivo de Escala, y Silvestre Aguilera, director de Desarrollo de Negocios en Escala.

Un mercado industrial en crecimiento

Para Javier Llaca, a pesar de los desafíos de 2024, la industria inmobiliaria muestra resiliencia. En términos de espacio industrial, se espera una absorción neta de entre 4 y 5 millones de metros cuadrados, una cifra más baja que en 2023, pero con una fuerte demanda en áreas clave. Se anticipa que la tasa de desocupación de los principales mercados se mantenga por debajo del 10%, lo que es saludable para el sector. Además, la construcción de nuevos espacios sigue en marcha, con 3.5 millones de metros cuadrados en desarrollo.

“En México se construyeron 3 millones de m² de espacios industriales en 2023, y ahora tenemos 3.5 millones en construcción. La absorción bruta es superior a los 5 millones de m², lo que muestra que la demanda sigue superando la oferta, permitiendo un equilibrio que favorece el desarrollo de nuevos productos”, indicó el experto.

 

El nearshoring es un motor clave de este crecimiento. Se estima que este fenómeno aumentará en un 25% en los próximos dos años, lo que dará lugar a la llegada de nuevas empresas, principalmente en sectores como el automotriz y la tecnología avanzada. La presencia de grandes corporaciones como BMW y Volvo está atrayendo proveedores y estimulando la construcción de más espacios industriales.

 

Regiones en expansión

Las regiones más dinámicas seguirán siendo el norte del país y el Bajío, resaltó Llaca. En el norte, ciudades como Monterrey, Tijuana y Mexicali seguirán liderando el crecimiento industrial. En el Bajío, las ciudades de León, Querétaro y San Luis Potosí están viendo un auge en el sector logístico, mientras que la industria automotriz comienza a perder algo de protagonismo.

Por otro lado, se espera que el Valle de México y otras áreas del centro del país experimenten un crecimiento en logística y manufactura ligera, aunque con algunas contracciones en los precios de la tierra debido a desaceleraciones en algunos mercados.

 

 

Crecimiento industrial al alza

El crecimiento industrial en México no muestra señales de detenerse, mencionó Silvestre Aguilera. La tendencia continúa sólida, respaldada por un entorno favorable que se mantiene firme en los próximos años, especialmente gracias al fenómeno del nearshoring. El experto resalta que las inversiones de grandes marcas como BMW, Volvo y Toyota, esta última con una inversión de 1,450 millones de pesos en Tijuana, seguirán impulsando este crecimiento. "La industria automotriz continuará fuerte, y con estos nuevos capitales, prevemos un crecimiento de entre 2 y 4 años más", asegura Aguilera.

 

Además, México está consolidándose como el principal centro logístico hacia Estados Unidos, con un auge en empresas clave como Mercado Libre, Amazon y DHL, que refuerzan la cadena de suministro en el país. Este dinamismo posiciona a México como un actor estratégico en la región, que continuará atrayendo inversiones clave para el futuro cercano.

 

Sector hotelero y polos de desarrollo

Con lo que respecta al sector hotelero mexicano, comentó que sigue experimentando un crecimiento acelerado, con destinos como Los Cabos, Riviera Nayarit, Mérida y Cancún a la vanguardia de esta expansión. Según Aguilera, estos destinos han superado los estándares de lujo previos, llevando la oferta hotelera a un nivel aún más exclusivo.

“Si antes hablábamos de alta gama, ahora hablamos de algo aún más exclusivo. Los precios en Los Cabos son exorbitantes, pero están siendo cubiertos por turistas provenientes de Estados Unidos y Canadá. Estos desarrollos están sobrepasando incluso los niveles AAA”, señala el experto.

En la región sureste del país, la inversión en infraestructura, como el Tren Maya, ha sido un motor clave para el crecimiento. “Las mejoras en infraestructura para Mérida y Cancún han sido determinantes para impulsar este polo de desarrollo, beneficiando tanto al sector hotelero como a la expansión industrial que comienza a tomar fuerza en la zona", agrega. Con estos avances, el sureste mexicano se perfila como uno de los destinos más dinámicos para la inversión y el turismo en los próximos años.

Retos y riesgos

 

Sin embargo, el crecimiento acelerado conlleva riesgos. La falta de infraestructura adecuada, como energía, agua y transporte, puede limitar el avance de grandes desarrollos. Esto crea una presión adicional en los recursos esenciales y exige una colaboración más estrecha entre desarrolladores y autoridades locales para garantizar la disponibilidad de estos servicios.

 

Otro reto es la escasez de mano de obra calificada, que podría convertirse en un cuello de botella para la expansión de proyectos. Para superar esto, es clave la colaboración con universidades y gobiernos estatales para formar a los técnicos e ingenieros que la industria necesita.

Sostenibilidad: Un nuevo estándar

La sostenibilidad se perfila como una de las principales tendencias para el 2025. Aunque aún queda camino por recorrer, las empresas comienzan a adoptar prácticas más responsables, impulsadas tanto por la regulación como por la demanda del mercado. La integración de estándares de sostenibilidad en la construcción y el diseño será esencial para el futuro del sector.

Finalmente, el sector inmobiliario de México en 2025 presenta un panorama positivo, impulsado por la expansión de la industria y el nearshoring. Sin embargo, el éxito dependerá de la capacidad para abordar retos clave como la infraestructura, la formación de talento y la sostenibilidad. Con una visión estratégica y colaboraciones bien enfocadas, México puede consolidarse como un líder en este sector en los próximos años.