Las megatendencias globales han cambiado la forma en que la gente utiliza los centros urbanos. Mientras los líderes municipales se preguntan qué viene a continuación, los actores locales tienen las respuestas.
Sin embargo, las ciudades están cambiando. El cambio al trabajo remoto ha tenido consecuencias importantes para los distritos comerciales centrales, con tasas de vacancia de oficinas que alcanzaron máximos de 20 a 30 años en los principales centros metropolitanos como Nueva York, Londres, San Francisco y Sídney.
Los cambios en los hábitos de venta minorista y la reducción de la inversión causada por la alta inflación y las tasas de interés en espiral han dado como resultado espacios comerciales vacíos. La ciudad de Nueva York tiene el equivalente a 26 edificios Empire State de espacio comercial vacío.
Resolver la crisis que enfrentan los núcleos urbanos
La desinversión económica asociada significa que los núcleos urbanos enfrentan una crisis. Sin embargo, el cambio trae consigo oportunidades: los responsables de la toma de decisiones ahora pueden considerar cómo pueden ayudar a reinventar los núcleos urbanos, mejorar el transporte público y crear barrios florecientes que generen una prosperidad equitativa y duradera.
Cuando se hace bien, la creación de espacios impulsa el crecimiento económico. Las mejoras en el espacio público mejoran la habitabilidad y la calidad de vida, creando barrios deseables y aumentando la cantidad de residentes y tráfico peatonal. A su vez, esto fomenta la innovación y el espíritu emprendedor, ayudando a atraer empresas, visitantes y más inversiones. Los barrios vibrantes también ayudan a atraer y retener talento, impulsando un ciclo de crecimiento económico. Los beneficios son innegables.
Participación de las partes interesadas para lograr ciudades habitables
Afortunadamente, sabemos bien cómo hacerlo: maximizando el contacto con la naturaleza mediante espacios verdes diseñados cuidadosamente; mejorando el transporte público y multimodal e integrándolos con opciones de viajes activos; creando desarrollos dinámicos de uso mixto y barrios transitables que tengan su propia cultura y que, al mismo tiempo, se integren perfectamente en el tejido urbano más amplio; reutilizando oficinas, comercios y otros activos del entorno construido abandonados para darles una nueva vida vibrante; proporcionando espacios para empresas emergentes y pequeñas empresas. Todos estos enfoques pueden ayudar a generar centros urbanos florecientes, pero no existe un enfoque único para todos.
Para que los diseños tengan éxito, deben estar profundamente arraigados en los requisitos demográficos y culturales locales y deben comprender las prioridades de la comunidad. Esto comienza con un compromiso profundo con los residentes en las primeras etapas del desarrollo e incluye una visión elaborada en colaboración con la gama más amplia posible de partes interesadas locales. Una vez que se ha acordado la visión, un proceso iterativo que busca opiniones sobre los diseños preliminares a medida que se desarrolla el proyecto garantiza la aceptación y mejores resultados.