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Las tiendas Pop-Up se han convertido en una herramienta estratégica para diferentes empresas y marcas.

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Las Pop-Up Store se distinguen por su carácter temporal, siendo que operan desde unos pocos días hasta varios meses. Además, su ubicación estratégica las dota de atractivo que captan la atención inmediata de los consumidores; sin embargo, expertos aseguran que “su verdadero valor radica en su enfoque experiencial”.

 

Radica la popularidad de las ‘tiendas efímeras’ en que permiten aumentar las ventas y la notoriedad de la marca y, a la par, se convierten en el escenario perfecto para atraer a un consumidor para el que las experiencias que proporcionan las marcas es ingrediente básico de su relación con las mismas.

 

En 2022, Google llevó a cabo un estudio que reveló que de todas las marcas que en ese entonces habían montado una tienda Pop-Up, el 48% logró un incremento en ventas; 51% aumentó su visibilidad en el mercado; el 66% adquirió más notoriedad y 46% vio un repunte de engagement en sus redes sociales.

 

 

Algunas empresas que se han decidido a implementar esta estrategia a nivel mundial son: Xiaomi, Shein, Bershka, Clinique, Prada, Taco Bell y Nescafé, además de otras marcas de lujo. Al respecto, Ghalia Boustani, consultora de retail, explicó: “Las marcas de lujo se sienten cada vez más atraídas por el atractivo de las tiendas pop-up como medida estratégica para cautivar a los consumidores”.

Otro ejemplo ha sido la K-Food Pop-Up Store, organizada por la Korea Agro-Fisheries and Food Trade Corporation que ofrece, en Ciudad de México, experiencias que permitirán a los consumidores sumergirse en la cultura de Corea de Sur.

 

El modelo de estas tiendas Pop-Up, proporciona a las empresas experimentar nuevos mercados, productos o ideas sin la necesidad de asumir un compromiso a largo plazo o costos asociados. Además, para las nuevas generaciones, ofrece experiencias únicas difíciles de encontrar en las tiendas convencionales.