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Las inversiones que traerá la relocalización de empresas al país impactarán positivamente en el mediano y largo plazo a la economía, gracias a factores como la apertura comercial, destacan especialistas.

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México se posiciona como un candidato ideal para la relocalización de empresas, nearshoring, gracias a varios factores, entre los que destacan la apertura comercial y los múltiples tratados de comercio internacional con los que cuenta, siendo especialmente relevante el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Se suman a estos factores la ubicación geográfica que disminuye los riesgos relacionados con las cadenas de suministro, además de la mano de obra competitiva, relacionada con la pirámide poblacional que cuenta con un 66% de su población en edad productiva (15 a 64 años) y el sólido desempeño de la industria nacional y el sector exportador, especialmente el orientado a las manufacturas, ya que este sector representa el 90% de las exportaciones.

Lo anterior se desprende de un análisis de HR Ratings en el que destaca que hasta el momento, resulta prematuro estimar todos los alcances que tendrá el nearshoring en México, pero considera que, de materializarse las inversiones que se esperan, estas impactarán en el mediano y largo plazo de manera positiva a la economía, especialmente a la manufactura y a las exportaciones, derivado del tipo de industrias que han anunciado nuevos proyectos de inversión y ampliación de la capacidad de producción ya existente.

Destacó la agencia calificadora de valores que una mayor inversión por parte de empresas privadas, también deberá ir acompañada de un incremento en el empleo. Por lo que un mercado laboral más sólido tendrá un efecto positivo en los niveles de consumo y como resultado, podría observarse un aumento en la demanda agregada.

“Adicionalmente, las empresas que se instalen en México deberán contar no solo con incentivos fiscales como los recientemente anunciados por la Secretaría de Hacienda, sino con infraestructura pública suficiente para poder llevar a cabo sus operaciones”, indicó la calificadora.

 

 

Evolución de la inversión y su relación con el nearshoring

Con el cambio de paradigma que provocó el impacto de la pandemia del covid, al revelar la necesidad de priorizar la localización geográfica de las cadenas de suministro mundiales, podría verse un impacto positivo en los niveles de producción, exportación y actividad económica de México.

Y a pesar de que se han anunciado una serie de proyectos de inversión en la zona norte del país y decretos de incentivos fiscales para que las empresas privadas busquen establecerse en el territorio nacional promoviendo el nearshoring, todavía no se observa un impacto cuantificable en la Inversión Extranjera Directa (IED) de la balanza de pagos en el 1S23, aunque la reinversión de utilidades en el 1T23 sí fue un dato positivo tras alcanzar una cifra de 21.3 mil millones de dólares, su mayor monto desde que se tiene registro.

Señaló HR Ratings que el monto máximo de la reinversión de utilidades podría relacionarse con mayores inversiones para ampliar la capacidad de producción de las empresas que actualmente operan dentro del territorio nacional.

 

“Respecto de las nuevas inversiones relacionadas con la IED, consideramos que adicional a los estímulos fiscales se debe desarrollar la infraestructura necesaria para la instalación de nuevas empresas y otorgar la certeza jurídica, que es un elemento clave para la inversión privada tanto nacional como extranjera”.

 

Para tener una mejor perspectiva de lo anterior, enfatizó que la importación de bienes de capital registra, con el dato de agosto 2023, un crecimiento de 56.1% respecto al nivel prepandemia, alcanzando un monto de 5.0 mil millones de dólares vs. 3.2 mil millones de dólares observado antes del impacto del covid. Esto demuestra que, a pesar de que no se ha materializado un fuerte crecimiento de la IED (por lo menos en términos de nuevas inversiones), las empresas orientadas al sector manufacturero están aumentando su capacidad de operación.

Finalmente, dijo que “si bien existen empresas que hasta el momento han mencionado su intención de inversión en el territorio nacional orientadas a la producción manufacturera, consideramos que será hasta el 2024 cuando se registre la entrada de estos flujos en la balanza de pagos”.