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A pesar de la incertidumbre económica y rumbo al cierre del 2022, no se paralizan los desplazamientos vacacionales en España.

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En los últimos meses del 2022 se mantendrá la demanda de viajes a pesar del contexto macroeconómico adverso en el que se encuentra España, por lo que se prevé una actividad turística positiva en lo que resta del año, pero a un ritmo de crecimiento lento, afectado por una serie de factores que pueden impulsarla o ralentizarla.

Dos ventajas que juegan a favor de la actividad turística en las próximas semanas son el tirón de la demanda que no se ha consumado aún y el ahorro acumulado durante la pandemia por Covid-19. Por el contrario, hay una serie de elementos negativos que seguirán condicionando la evolución de las ventas y la recuperación de márgenes empresariales.

 

Algunos elementos son el incremento de los precios, el encarecimiento del financiamiento, la crisis energética, la incertidumbre y la amenaza de una recesión económica.

 

 

Factores de impulso para el turismo en España:

  • Una movilidad internacional al alza, debido a mínimas restricciones entre los países europeos y los mercados de larga distancia, así como la eliminación de protocolos en cuanto a aforos, distancia social, etcétera.
  • La demanda que no se consuma aún, esto es consecuencia de los viajes que no se pudieron realizar en los dos años de pandemia, de acuerdo con datos de las búsquedas de viajes, ventas empresariales y programación de ferias, congresos y eventos de ocio para los próximos meses.
  • Apuesta de los operadores turísticos por los destinos españoles, ya que la conectividad aérea para octubre y noviembre alcanza los niveles previos a la crisis sanitaria.
  • Temporada alta en Canarias y el buen desempeño de los destinos urbanos de la mano de la actividad MICE, con escapadas de viajeros nacionales y europeos estimuladas por la reactivación de la oferta cultural y deportiva, además del paulatino regreso de los turistas mexicanos y norteamericanos.
  • La depreciación del euro frente al dólar que beneficia a los destinos españoles con un menor precio frente a destinos dolarizados.
  • El calendario laboral propicia escapadas, con puentes festivos en España en noviembre y diciembre; se espera una reactivación de los viajes al exterior. Con respecto al gasto de los españoles en el exterior, datos del Banco de España revelaron que creció un 2.3% entre mayo y julio respecto a 2019.
  • Consolidación del teletrabajo, que favorece escapadas de mayor estancia combinando ocio y trabajo, el llamado bleisure.

 

 

 

Los factores de ralentización para el turismo en España:

  • Altos costos energéticos debido a la incertidumbre de un posible corte de suministro por parte de Rusia, que seguirá afectando los márgenes de las empresas turísticas.
  • Un elevado precio del petróleo, que prolonga el encarecimiento de los desplazamientos turísticos; una situación que puede agravarse en las compañías que no cuentan con coberturas para los próximos meses.
  • La previsión de que el elevado nivel de inflación se mantenga en los próximos trimestres, aunque en un camino de moderación, circunstancia que podría redundar sobre los costos laborales si se establecen revisiones salariales con incrementos disuasorios e inasumibles.
  • Perspectivas de que se enfríe la actividad económica global y que empeore la confianza de los agentes económicos, lo que afectaría las decisiones de viaje de los ciudadanos.
  • Que los hogares y empresas pierdan capacidad de gasto ante el incremento de los precios, por encima de los salarios, y una menor riqueza financiera en los próximos trimestres, sobre todo en los principales mercados emisores (Alemania, especialmente por la mayor exposición de su economía al gas ruso).
  • Tendencia a que se deprecie la libra respecto al euro, lo que limitaría la capacidad de gasto turístico del mercado británico, de acuerdo con una publicación de hosteltur.com.
  • Competencia en precios con otros destinos mediterráneos, favorecidos por devaluaciones de su moneda, como Turquía, donde la lira acumula tiene una depreciación superior al 70% frente a la libra y euro en lo que va de año.