Además de ser un refugio cultural y gastronómico emblemático, la colonia Roma, situada en el corazón vibrante de la Ciudad de México, es el hogar de verdaderos tesoros arquitectónicos.
Es un barrio muy codiciado por una audiencia global, ya que ofrece una vida serena a tan solo unos pasos de importantes centros financieros, rodeados de un ambiente sofisticado que irradia arte.
Por lo que, debido a esta pequeña cifra, es muy escasa la oportunidad de poder ser dueño de una pieza de la historia y la cultura mexicana. Justamente, la Colonia Roma destaca como un verdadero bastión de la conservación patrimonial, al contar con 14 de las 18 exclusivas propiedades artísticas, que constituyen el 25.93% del total nacional.
Debido a su limitada disponibilidad, la adquisición de una de estas propiedades no solo es excepcionalmente rara, sino que demanda un comprador con una sensibilidad única y una educación en la apreciación del valor histórico, cultural y estético que estas mansiones ofrecen.
Sus fachadas de cantera y espacios históricos sin igual, muestran una grandeza de centurias pasadas que susurran miles de relatos, haciendo que estas propiedades sean el epítome de la herencia y la majestuosidad arquitectónica de la ciudad.
No obstante, la rareza y exigencia de sensibilidad y capacidad financiera, hacen que estas propiedades estén fuera del alcance del inversionista promedio. La razón es que necesitan de alguien con una profunda apreciación por el arte y la historia, que esté dispuesto a asumir la responsabilidad de conservar un legado cultural, además del deseo de ser parte de una tradición de custodia que trasciende generaciones.
A la colonia Roma se le podría comparar con distritos europeos como el Barrio Gótico de Barcelona o el Marais en París, lugares donde cada piedra y cada esquina cuentan la historia de la ciudad, y en donde poseer una propiedad es sinónimo de ser parte de la leyenda urbana. Y la singularidad de la colonia Roma radica en su mezcla de cultura cosmopolita con el encanto histórico mexicano, haciendo que la inversión en un Monumento Artístico sea toda una experiencia.