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El nearshoring es una realidad para México, pero los efectos para la economía y desarrollo del país serán percibidos en los siguientes años, ya que es un proceso gradual. 

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La pandemia del covid-19 suspendió las actividades comerciales debido a las restricciones sanitarias que fueron impuestas, generando una caída en las ventas, cuyo efecto fue el aumento en la inflación a nivel global, la imposición de aranceles derivado de la guerra comercial entre China-Estados Unidos y el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, que mostraron la facilidad con la que las cadenas de suministros pueden ser interrumpidas y afectar gravemente a los grandes mercados de consumo como el norteamericano, el cual no recibió durante varios meses la entrega de productos desde el extranjero, obligando a los compradores a reevaluar los medios para contar con provisiones.

Ante ello, surge como alternativa el nearshoring, donde las empresas mudan toda o una parte de su cadena de producción a un país cercano a los centros de consumo, aprovechando la cercanía, el horario similar, políticas económicas e incentivos fiscales, menores costos de traslado, mano de obra calificada y dejar de depender de la producción que se realiza en lugares distantes como China, para disminuir riesgos, tiempos y costos que implica el estar al otro lado del mundo.

 

Edgar F. Garza Ancira, Consejero Nacional de Morena y consejero y asesor de empresas y consorcios de carácter multinacional

 

Ejemplo de esto es que a finales del 2021 trasladar un contenedor de China a Estados Unidos costaba casi 16 mil dólares, hacerlo de México representaba 800 dólares, lo que es una disminución significativa en los costos y tiempos de traslado.

 

Hay estimaciones que señalan que alrededor del 79% de las empresas manufactureras estadounidenses en China, ya iniciaron o tienen planes de reubicar parte de sus operaciones en América. El que se acerque la producción al principal mercado norteamericano, posiciona a nuestro país en la posibilidad de desplazar a China y convertirse en la principal fuente de suministros dada nuestra cercanía, el establecimiento de una logística de transporte eficiente que ofrezca soluciones rápidas, horario similar, una cultura laboral competitiva y aprovechar el acuerdo del T-MEC, que es una enorme oportunidad para incrementar la solidez comercial que se tiene con el país del norte.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sostiene que el nearshoring podría producir una derrama económica de hasta 35 mil 300 millones de dólares al año en exportaciones de bienes y servicios, lo que visibiliza la importancia de nuestro país en la atracción de negocios y puede ser un motor de crecimiento económico que debemos fortalecer, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). 

Algunas industrias que se posicionarían rápidamente son las de energías renovables, la textil y la automotriz que ya está bastante consolidada. Con lo que se calcula que por cada 5% de las exportaciones en las que México reemplace a los países asiáticos, el Producto Interno Bruto (PIB) nacional podría crecer 2%, con apertura a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) que adapten sus modelos de negocio y se posicionen como proveedores, en especial en sectores como el metalmecánico, maquinaria, equipo no eléctrico, electrónico, vehículos de carretera y autopartes, alimentos, bebidas y tabaco y hasta en servicios financieros, de acuerdo al Centro de Competitividad de México (Ccmx).

 

 

 

Hay varios estados mexicanos que cuentan con el aval de las empresas que buscan la reubicación cerca de Estados Unidos, entre los que destacan Baja California, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Ciudad de México, Aguascalientes, Querétaro, Jalisco y Nuevo León, este último que ha concentrado casi el 50% de la demanda de espacios industriales en los últimos dos años.

Cabe destacar, que regiones como el Bajío, cuyos estados (Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes) cuentan con un inventario disponible de alrededor del 3% de naves industriales, además de infraestructura y servicios como energía, agua y seguridad, ubicaciones estratégicas y conectividad para el traslado de mercancías a la frontera, centro y sur del país, ya ofrecen operaciones rentables y eficientes.

Por ello, hay cada vez hay más empresas que están trasladando su producción de Asia a México, como Boeing, GM, Honda, Nucor, Oster, Samsung, Mattel y Black & Decker, que en 2022 trasladaron más de 3 mil millones de dólares en producción anual al país y entre las más recientes se encuentran Tesla, Bosch, ZF Group, BMW, Continental, Magna, Navistar, Whirlpool, AGP Glass, Honeywell, Eaton, Georg Fischer, Borgwarner y Kohler.

También empresas asiáticas han colocado sus inversiones en México para seguir atendiendo el mercado estadounidense. Entre estas empresas se encuentran Kia, Hisense, Yanfeng, Lizhong, Lingong, Daye, y Yinlun dada su mano de obra calificada gracias a sus universidades, institutos tecnológicos y escuelas de ingeniería que han permitido que el país tenga una de las tasas más altas de penetración de ingenieros/as per cápita, ubicándose en el Top 10 mundial.

 

 

 

Sin embargo, los efectos para la economía y desarrollo del país por el nearshoring, serán percibidos en los siguientes años, ya que, es un proceso gradual y costoso, dado que para contar con nuevos parques y naves industriales de primer nivel se requiere de 6 a 8 meses en cuanto a la construcción y de 2 o 3 años para el desarrollo completo de nuevos parques industriales.

A pesar de los retos, México cuenta con un ecosistema empresarial sólido y en crecimiento, con empresas nacionales y extranjeras que operan en diversos sectores, que son envidiables para otras regiones y esto facilita la colaboración y el intercambio de conocimientos y mejores prácticas entre las empresas.

 

El nearshoring es toda una realidad en nuestro país, aunque todavía requiere de planificación, vinculación, coordinación e inversión correcta para que genere beneficios circulares y sostenibles a largo plazo y desarrolle sectores competitivos e innovadores.

 

Para fortalecer este ecosistema y que el país aproveche todo su potencial, se requiere que se invierta en infraestructura ferroviaria y vial para hacer factible el desarrollo de la logística. Además de priorizar los proyectos productivos con valor agregado que vayan más allá de la pura maquila, para que generen mejores finanzas y mejores empleos al mismo tiempo y lograr una mayor integración y competitividad en múltiples industrias y sus eslabones mediante un enfoque integral y circular. 

*El autor es Consejero Nacional de Morena y consejero y asesor de empresas y consorcios de carácter multinacional

 

@EFGANCIRA