Para el primer semestre, el informe 'Perspectivas del mercado inmobiliario español 2023' de ING prevé que estará marcado por el estancamiento y una posible caída de los precios de la vivienda.
Será un año de ‘desaceleración’ para el mercado inmobiliario español, según la firma, con un estancamiento y una posible disminución de los precios de la vivienda en la primera mitad del año, debido, explicó, a la fuerte alza de los tipos de interés y al endurecimiento de las condiciones crediticias.
No obstante, los analistas no esperan que España experimente un desplome como ocurrió en la crisis financiera de 2008. Gracias a que sigue habiendo una sólida demanda, es probable que el mercado supere la media de la eurozona, ya que el número de hipotecas emitidas y las transacciones se mantienen por arriba de los niveles de los últimos años.
Evolución de los precios
Datos de Eurostat mostraron que a pesar de la fuerte alza de los tipos de interés y de la incertidumbre económica, el precio de la vivienda española se incrementó un promedio de 7.4% en 2022. Sin embargo, datos mensuales de Tinsa indican un debilitamiento en los dos primeros meses de 2023.
A pesar de que todas las regiones españolas mostraron una tendencia a la baja, los precios se enfriaron más en la costa mediterránea y en las Islas Baleares y Canarias, donde aumentaron 4.5 y 3.4%, respectivamente en febrero, en comparación con el año pasado, de acuerdo con brainsre.news.
Las perspectivas para este año indican que los precios se estancarán, con una posible caída de 1% en el primer semestre. Se prevé además que el crecimiento de los precios de la vivienda se mantengan por debajo de la inflación durante los siguientes tres años, lo que ocasionaría un descenso importante de los precios inmobiliarios en términos reales. Al ajustarlos con la inflación, los bienes e inmuebles podrían depreciarse un 7% desde 2022 hasta 2024.
Demanda inmobiliaria se debilitará
El alza de los tipos hipotecarios no afectó la demanda de inmuebles que se mantuvo fuerte en 2022, con un incremento del 16% en el número de transacciones y un repunte del 11% en la producción de hipotecas con respecto al 2021.
En gran medida, esto fue posible por el incremento de la población, la caída en las tasas de desempleo, la inversión de compradores internacionales en España y al crecimiento del PIB, que superó al de la mayoría de las grandes economías de la eurozona desde 2015.
Para este año, los analistas prevén que se produzca un debilitamiento gradual de la demanda, principalmente por los tipos hipotecarios altos, cuyo impacto se dejará sentir cada vez más. También contribuirán a la desaceleración del mercado el descenso del crecimiento económico y el efecto de la elevada inflación sobre el poder adquisitivo.