Se puede decir que en México, el mercado de vivienda nueva tiene más dinamismo, sin embargo, las circunstancias están cambiando rápidamente, y la preferencia de las personas entre vivienda nueva y usada varía, dependiendo del ingreso disponible, del lugar en el que vive la gente, así como de la edad.
Con base en la información de los créditos otorgados para la compra de vivienda en México entre el 2020 y el 2022, la vivienda usada recibe un 30% menos créditos que la nueva, aunque la brecha se ha reducido en estos dos últimos años.
“Tan solo en el 2020 los créditos de vivienda usada equivalían a 63% de los de nueva, mientras que en el 2021 y el 2022 fue más del 70%”, señaló Tuhabi, empresa tecnológica del sector inmobiliario.
La reducción en esta brecha podría deberse, en parte, a la contracción que ha sufrido la economía a partir de la pandemia, así como al fenómeno inflacionario, aunque también a que la oferta de vivienda usada está concentrada en zonas de las ciudades que se han vuelto más atractivas, y a que ésta es comparativamente más asequible y amplia que la nueva.
“Hemos observado que la demanda de vivienda sigue fuerte a pesar de un contexto de inflación y aumentos en tasas de interés. Esto señala que las familias mexicanas siguen en la disposición de concretar su sueño de tener vivienda. Sin embargo, creemos que la compra y venta de vivienda debe ir acompañada de más información, acompañamiento y procesos confiables que permitan a las personas tomar la mejor decisión”, dijo Juan Sokoloff, vicepresidente de Data & Analítica de la empresa.
Pese a que en México no existe una clasificación de viviendas por estrato de ingreso de los compradores, sí existe una clasificación de acuerdo con las características de las viviendas, así como a su precio.
Se consideran como viviendas económicas aquellas que cuestan hasta 345 mil pesos y tienen una extensión máxima de 40 m2, siguen las viviendas populares con un costo de hasta 585 mil pesos y con un tamaño de 50 m2, después están las viviendas tradicionales que cuestan hasta un millón de pesos (mdp) y de 71 m2, la vivienda media cuesta hasta 2.2 mdp y mide hasta 201 m2, mientras que la residencial cuesta hasta 4.4 mdep y puede medir 156 m2.
Datos de la proptech revelan que los créditos para hogares nuevos están concentrados en la compra de viviendas del sector medio hacia arriba, mientras que los créditos de vivienda usada se circunscriben a las viviendas medias para abajo, con un 64% del total.
Los estados del país que reciben más créditos para vivienda, tanto usada como nueva, son Nuevo León, Jalisco, Estado de México, Ciudad de México y Guanajuato; además de tener los mayores números de créditos otorgados en ambos segmentos, tienen más de vivienda nueva que de usada. Mientras que en estados como Oaxaca, Campeche y Tlaxcala, que son los que menor cantidad de créditos otorgados reportan, la mayoría son de vivienda usada.
En el análisis, basado en datos, también se observaron los rangos de edad, el género y los ingresos de las personas que solicitan créditos para ambos segmentos de vivienda. Y aunque no se encontraron tendencias altamente distintas para los segmentos según las características demográficas, la mayoría de los créditos otorgados oscilan en las personas entre 30 y 59 años de edad, prefiriendo la usada ya que solicitan un 7% más de créditos que para el segmento de vivienda nueva.