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Las personas solteras o con pareja pero sin hijos, han mostrado una mayor inclinación por la vivienda vertical en los últimos años.

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Uno de los mayores cambios en el proceso de modernización de las zonas centrales de las ciudades de Latinoamérica es el aumento de la vivienda vertical. Llama la atención su aparición en la estructura urbana porque trae consigo un nuevo estilo arquitectónico en la construcción de vivienda y un nuevo tipo de ocupación del suelo que modifica el contexto urbano.

En México, los cambios que se implementaron en las políticas de vivienda de la Ciudad de México (CDMX) facilitaron la creación de normas que favorecen un proceso de desarrollo intenso con respecto a la edificación en altura en los núcleos urbanos centrales.

 

 

Conocido como ‘verticalización’, este proceso está ganando cada vez más territorio en las principales urbes de nuestro país, como consecuencia del importante cambio generacional por el que estamos atravesando. Se caracteriza por el cambio en el uso de suelo que permite una mayor densificación en altitud y crecimiento del mercado inmobiliario, aumentando la demanda en la infraestructura existente y de los servicios.

 

Otro efecto de la verticalización es el incremento del costo del suelo en las áreas centrales de las ciudades, donde se implantan nuevos conjuntos de grandes torres de más de 10 niveles con departamentos residenciales.

 

Para el 2030, en México y el mundo, la generación Z, X y Alpha comenzarán a consumir el cambio de verticalización con mayor celeridad, de acuerdo con la empresa mexicana Tasvalúo.

Al respecto, especialistas coinciden en que las nuevas generaciones se inclinan por espacios que permitan aprovechar al máximo los lugares y que al mismo tiempo sean flexibles, además de que estén cerca de espacios como centros comerciales o de conveniencia, como farmacias, restaurantes, pero sobre todo, de espacios en donde se pueda vivir el momento en familia o con amigos. Por ende, lo vertical ha resuelto estos problemas de convivencia y de relación.

 

 

Sin embargo, el principal reto que tienen los desarrolladores es ofrecer un producto vertical económico y que esté al alcance de todos, puntualizó la compañía mexicana. Mauricio Domínguez, director de Data de la consultora. Destacó que para el 2023 se espera una mayor preferencia de las viviendas verticales en México. El principal cliente de este tipo de vivienda son las personas solteras, con pareja y sin hijos.

 

Las políticas de vivienda de la CDMX facilitaron la creación de normas que favorecen un proceso de desarrollo intenso.