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Una insuficiente construcción de vivienda provoca una brecha inmobiliaria, orillando a millones de mexicanos a buscar soluciones para tener casa propia.

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A lo largo de la historia, las personas más pobres en América Latina han enfrentado problemas para crear su patrimonio. Las principales barreras de acceso a la vivienda para la población son el alto precio de las unidades, la falta de productos financieros y enganches fuera del alcance.

 

Lo anterior ha provocado, en particular en México, una brecha inmobiliaria que lleva a buscar como solución viable la vivienda informal, de acuerdo con el estudio 'Enfrentar el Desafío de la Vivienda en América Latina', realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).


En un país como México, cuya población ronda los 126 millones de personas (datos del INEGI), únicamente hay 23.9 millones de viviendas propias liquidadas o en proceso de pago, según la Encuesta Nacional de Vivienda (ENVI). Por lo que vivir en casa de familiares o rentar por años, es la solución de vivienda para algunas generaciones; mientras que otros encuentran en la informalidad habitacional su única opción viable para estar cerca de su lugar de trabajo o hacerse de su primer hogar. 

 

Con respecto a la informalidad, las principales acciones que se dar son la invasión de predios y/o autoconstrucción. Y las personas que habitan bajo esta modalidad podrían tener hogares con daños en su estructura, ante un posible diseño que no esté bien realizado.


“Además, es probable que el suelo no se aproveche al 100% y de forma correcta. Estos factores importantes pierden valor para las personas al ser una rápida solución y la oportunidad para comenzar un patrimonio, de forma que esta vivienda ya representa para México, de acuerdo con nuestras evaluaciones (ya que no se cuenta con un dato certero al respecto), del 40 al 60% de vivienda”, señaló Albert Saiz, profesor asociado en los programas de planeación urbana y bienes raíces en el MIT y coautor del estudio.

 


Los tres principales conflictos que los especialistas encontraron y, que de atenderlos sería un paso clave para solucionar la brecha inmobiliaria, son:

 

  1. Precios elevados de las unidades disponibles. Para los segmentos medios y bajos la vivienda es costosa, especialmente en las grandes áreas metropolitanas con mejores empleos, servicios y oportunidades de promoción social; es por ello que en ese tipo de zonas el costo aumenta y lo vuelve inalcanzable para quienes tienen una distribución baja de ingreso.

 

  1. Productos financieros insuficientes. Las tasas de interés, ante la misma lógica de los ingresos, no son asequibles para estas mayorías, los plazos y los costos hacen muy difícil su acceso.

 

  1. Enganches que están fuera del alcance. Un problema que se relaciona con una falta de cultura del ahorro de la sociedad mexicana; sin embargo, al elevarse los costos de las viviendas, es el enganche el que se vuelve el principal problema al adquirir un hogar. Además, las ofertas de crédito no suelen dar apoyo en este aspecto. 

 

 

Hacia el 2042, dijo Saiz, el crecimiento económico debería superar al de los hogares y, en dicho año, casi la mitad de la demanda de viviendas nuevas deberá ser impulsada por cambios en la estructura de las familias, debido a la proporción de jóvenes solteros, divorciados y adultos mayores.


“Debemos vigilar de cerca también a los jóvenes, ellos se convierten poco a poco en el principal catalizador del mercado inmobiliario, al comenzar su patrimonio, pero también representa múltiples retos, ya que las vías de financiamiento deben tener medidas equitativas entre acceso, costo, beneficio y vivienda asequible y de calidad”.

 

En los años que lleva este conflicto, son los más jóvenes quienes incrementan el número de la vivienda informal. Según el Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivienda, las generaciones jóvenes mexicanas representan el 50% de las solicitudes de crédito para acceder a un hogar. No obstante, en el 2021 solo lograron adquirir 232 mil 198 unidades, en contraste con los que tienen entre 30 a 59 años, que compraron más de 750 mil casas, en el mismo periodo.

 

“Creamos este estudio con el MIT, en primer lugar porque justamente la falta de datos y de información es una de las grandes barreras para resolver el problema de vivienda, evidenciar la brecha y sus causas, es el primer paso para establecer planes para cerrarla, y eso tiene como objetivo último mejorar la calidad de vida de la población”, finalizó Jerónimo Uribe, CEO y cofundador de La Haus.