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Los españoles deben invertir el sueldo de más de 8 años, pues comprar una se complica igual que hace una década.

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Además de las familias y las personas que desean adquirir una vivienda, la situación actual por la que atraviesa la economía española y el sector inmobiliario afecta también a las empresas constructoras.

Tanto la devaluación de los salarios como el encarecimiento de las materias primas, son algunos de los factores que están ocasionando que la compra de vivienda se convierta en algo casi inalcanzable.

De acuerdo con una nota publicada en Antena 3, la devaluación de los salarios a consecuencia de la elevada inflación y el encarecimiento de la vivienda han provocado que para comprar una vivienda sea necesario dedicar el 33.4% de la renta de un hogar durante todo un año.

 

Los españoles tienen que invertir el sueldo de 8.3 años para poder adquirir una vivienda, dato que solo se había superado entre diciembre de 2005 y marzo de 2011.

 

De acuerdo con estudios del Banco de España, actualmente los españoles tienen que invertir el sueldo de 8.3 años para poder adquirir una vivienda. Dato que solo se había superado entre diciembre de 2005 y marzo de 2011.

 

Construir sale caro

El sector de la construcción reconoce que el precio de la vivienda se ha elevado, pero asegura que el promotor no obtiene ganancia porque el margen de beneficio es prácticamente nulo. Actualmente, construir una vivienda cuesta más de lo que se puede obtener por ella.

Según el banco español, la rentabilidad de la explotación comercial de la vivienda alcanza el 10% de lo invertido en su construcción; cifras que no se alcanzaban desde septiembre de 2007.

 

 

Por dicho motivo, muchas obras han tenido que parar y otras renegocian precios, obligadas por el encarecimiento de los materiales como el acero, la cerámica, el hormigón, el aluminio o los plásticos; además de la mano de obra que se ha encarecido entre un 7 y 10% en el último año.

Expertos alertaron de un problema de precio más que de oferta, principalmente en ciudades pequeñas y medianas donde las casas disponibles para alquilar son pocas y existe un amplio parque de vivienda vacía y las rentas son elevadas. Aunque teóricamente una alta rentabilidad debería aumentar la oferta, los expertos aseguran que eso no está ocurriendo.