Históricamente, Bolivia ha quedado atrapada entre gobiernos populistas y un regreso hacia el pasado, pero los inversionistas, o el mal llamado ‘neoliberalismo’, le brindan un nuevo rostro de inversión a su ciudad capital, La Paz.
En su mirador estratégicamente funcionarán restaurantes y bases para el disfrute de los visitantes, desde donde se podrá ver la capital con excelente vista a El Alto, Ovejuyo y la Muela del Diablo, señala el empresario Samuel Doria Medina.
La llamada “Green Tower”o Torre Verde se levanta imponente en la zona Sur de La Paz, y ahora, posee el orgullo de ser el edificio más alto de Bolivia.
El edificio Real Estate posee 46 plantas, seis subterráneas y generó 2 mil 600 empleos directos e indirectos, de los cuales, alrededor de 30% fueron para mujeres y se concluyó en mil 700 días, sorteando la crisis por el Covid-19; aunque 343 trabajadores se contagiaron, nadie requirió hospitalización, expresa Doria Medina.
El edificio contará con una mezcla interesante: 17 pisos para oficinas; 17 para departamentos y penthouses; seis pisos para lobbies, tiendas, restaurantes y seis pisos para estacionamiento, no solo para los propietarios sino también para uso público.
En cuanto a tecnología, cuenta con los diez ascensores más veloces de Bolivia, con un sistema computarizado que indica qué ascensor puede llegar más rápido al piso deseado.
Su solidez estructural le permite tener solidez hasta 70 metros por debajo de la superficie, “con el objetivo de garantizar el sustento al millón de toneladas de peso”.
Sus muros de contención y cimientos fueron construidos de arriba hacia abajo, para minimizar accidentes. El complejo es antisísmico, con vidrios importados de España que regulan los rayos del sol.
La torre recibirá la Certificación Leadership in Energy & Environemental Design del Green Building Council de Estados Unidos, que la acredita como una edificación que cuida el medio ambiente.
Los muros de contención y cimientos fueron construidos de arriba hacia abajo.
La autogestión del edificio funciona a través del Building Management System, con reconocimiento facial personas que ingresarán a cada área.
“Esperemos que no usen la justicia para complicarnos, porque apostamos por La Paz y por Bolivia. Aquí no hay ninguna inversión de esa magnitud”, señaló el empresario Doria Medina.
Agregó que en el segmento Real Estate siempre hay un intento de activar juicios: “Yo invierto donde no hay nada que hacer con el Estado, no me meto con él, es mal pagador y es complicado”.
/Con información de la Agencia de Noticias Fides (ANF) de Bolivia/