Las nuevas medidas de seguridad y distanciamiento social ante el contexto covid-19, podría generar una demanda de oficinas con menos densidad en entornos de trabajo, no obstante la penetración del home office.
Ante un análisis para ver los diferentes escenarios en la demanda de oficinas para los próximos años, el home office podría verse reducido por la evolución futura del precio de mercado. Rentas menores impulsarían la demanda y en el patrón de localización de los ocupantes.
En los escenarios que asumen un aumento del 15% del espacio de oficinas por empleado, la variación de la demanda general de oficinas oscilaría entre un -3,70% a un +4,25%.
Demanda positiva. La demanda de un espacio de oficina flexible está cuestionada a corto plazo, pero a largo, es positiva.
Moderar crecimiento. El espacio flexible de oficinas se desaceleró 7% al segundo trimestre de 2020 (2T20). Su reasignación está en curso, pero al primer semestre de 2020 (1S20), sólo 1% del espacio flexible se cerró operativamente.
Aceleración de asociaciones. Propietarios y proveedores trabajan juntos para una viabilidad durante la recesión del mercado. Hay más acuerdos de asociación y ya están lejos de las estructuras de arrendamiento tradicionales.
Una corriente principal. Las soluciones inmobiliarias ágiles ahora serán fuertes, como lo demuestra una reciente encuesta de ocupantes de CBRE en la que 86% de los encuestados ve el espacio de oficina flexible como un componente clave de sus futuras estrategias inmobiliarias.
Evolución. Los proveedores de oficinas flexibles cambian modelos para satisfacer la demanda actual y futura. El interés crece en modelos de suscripciones que admiten una red más distribuida de ofertas de personas y suites para promover mayor privacidad sobre comunidad.
Concurso de propietarios. Los propietarios ofrecen más opciones de oficina flexibles en forma de espacio operado por el propietario o suites preconstruidas, a veces utilizando proveedores de oficinas flexibles para operar el espacio en su nombre.
La necesidad de nuevas medidas de seguridad y distanciamiento social durante esta crisis requiere que cada empleado disponga de más espacio. Además, el teletrabajo será una práctica más extendida, por lo que la demanda de espacio para oficinas podría disminuir.
Incluso, importantes empresas de tecnología prevén que la mitad de su personal haga home office a tiempo completo en los próximos años.
Respuesta conjunta
El debate actual se centra en saber si la tendencia del trabajo remoto continuará después de que termine la pandemia.
Las respuestas a las preguntas sobre la densidad del espacio dependen de varios factores: cómo evolucionará la pandemia, cuándo se distribuirá la vacuna, el nivel de respuesta pública, entre otros.
Pero, sobre todo, de la capacidad de mantener el equilibrio entre evitar exponer a la sociedad a una nueva ola de infecciones y reabrir la economía.
La viabilidad del trabajo remoto depende de la productividad, la cultura de la empresa y la capacidad para transferir conocimientos.
Otras consideraciones adicionales sería la afectación física y emocional de los empleados y las relaciones que habían establecido mientras trabajaban juntos en la oficina. Por ejemplo, ¿en qué medida las videollamadas en grupo pueden reemplazar las reuniones en persona?
También hay un enfoque híbrido que combina el trabajo en remoto con el trabajo en una oficina satélite. Este enfoque implicaría que algunos empleados se trasladasen desde una oficina ubicada en las zonas más centrales y densificadas de las ciudades a otra oficina localizada en los suburbios o en ciudades más pequeñas.
CBRE argumenta que alguien que trabaja de forma remota cuatro días por semana necesitará menos espacio que alguien que lo haga un día a la semana.
Para ello, será preciso acomodar conflictos de horarios entre empleados o requisitos de cada empresa en cuanto a disponer de más empleados en la oficina durante días o períodos específicos.
Cualquier aumento en el teletrabajo como resultado de la crisis de la Covid-19 refleja una escalada de la dinámica cambiante del trabajo remoto, por lo que una reducción del espacio de oficinas por trabajador sería de entre 1.5% y 2% por año.