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Los segmentos más afectados fueron el Residencial Plus y el Premium (vivienda que rebasa los 7 millones de pesos) que reflejaron una caída del 32%

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A unos días de terminar 2020 y a pesar del impacto del Covid-19 en el sector inmobiliario, éste permaneció activo aunque con caídas en las operaciones de la mayoría de subsectores, como el corporativo y comercial.

El mercado sigue enfrentando los siguientes retos:

1)    Menor poder adquisitivo. México ha registrado pérdidas de más de 2 millones de empleos formales y más de 10 millones en empleos informales, que repercuten en la capacidad de compra de los mexicanos, lo que lleva a ofrecer mejores productos a mejores precios.

2)    Uso de la tecnología. Las empresas dedicadas a los bienes raíces tendrán que seguirse actualizando si quieren permanecer. Dominar las herramientas digitales ayuda al usuario final en la toma de decisiones. De acuerdo con los expertos de Lamudi, uno de los movimientos clave en el sector fue el aumento de intención de búsquedas a través de internet que pasó del 90% al 99% por el Covid-19.

3)    Construcción de certidumbre. Es importante generar seguridad y confianza en los compradores que están dispuestos a invertir en propiedades, tomando las medidas necesarias para evitar fraudes inmobiliarios.

A nivel digital, la vivienda el segmento de interés económico y medio (con precios menores a los 3 millones de pesos) fue la menos afectada, con una baja del 12%; sin embargo, tuvo una mejoría del 20% con respecto a los niveles mostrados el año pasado.

El segmento residencial (propiedades de 3 a 7 millones de pesos) vivió una caída del 21%, pero tuvo un aumento del 12% de participación, con respecto a las cifras globales mostradas en el 2019.

Los segmentos más afectados fueron el Residencial Plus y el Premium (vivienda que rebasa los 7 millones de pesos) que reflejaron una caída del 32% y solo un aumento del 1% con respecto al año anterior. 

A fin de año nos encontramos ante las siguientes situaciones:

1)    Un mercado de compradores, donde la persona dispuesta a invertir tiene más poder de negociación.

2)    Aumento en las rentas de propiedades y desaceleración en ventas.

3)    Efecto migratorio a colonias secundarias e incluso a ciudades secundarias. Muchos usuarios han volteado a otras localidades donde pueden encontrar un inmueble más barato, por ejemplo en estados como: Querétaro, el Estado de México, Jalisco y Yucatán

4)    Aumento de esquemas coliving por una necesidad económica.

5)    Búsqueda de espacios funcionales que permitan trabajar desde casa.

Actualmente los precios promedio se mantienen sin alzas drásticas, pero a comparación del año anterior en los últimos 6 meses  las casas, a nivel nacional,  registraron un aumento del 11% y los departamentos un 8% en el tipo de operación en venta.

“El sector inmobiliario en México tenía previsto un crecimiento de 4% durante el 2020, evidentemente esta previsión no se cumplió, pero al final del primer semestre del 2020, se vivió un repunte, llegando a niveles sólo 8% por debajo del año pasado, siendo de agosto a noviembre los 4 meses con más alta tasa de demanda”, finalizó Daniel Narváez, Marketing VP de Lamudi.