Así lo señaló Carlos Martínez, director general de Banca de Gobierno de Grupo Financiero Banorte, durante una conversación en el podcast Norte Económico.
Cuatro palancas para elevar la competitividad
Martínez destacó que mejorar la infraestructura en logística, energía, agua y digitalización es indispensable para sostener un crecimiento económico de largo plazo.
En materia logística, enfatizó la necesidad de modernizar carreteras, puertos, aduanas y conexiones ferroviarias con el fin de reducir tiempos y costos. Recordó que aún hay casos donde mover un contenedor a nivel internacional resulta más barato que trasladarlo dentro del país, lo que limita la competitividad.
Mientras que, en energía, subrayó que la demanda industrial ya no exige solo disponibilidad, sino suministro con un menor contenido de carbono. Por ello, la expansión de la red de transmisión, el fortalecimiento de la infraestructura eléctrica y la incorporación de energías limpias serán componentes claves para atraer nuevas empresas.
A su vez, en el ámbito del agua, el directivo de Banorte advirtió que, sin inversiones contundentes en tratamiento, reúso y redes modernas, especialmente en el norte del país, no habrá forma de sostener el crecimiento industrial. Estimó que la nueva normativa de calidad para agua de reúso implicará un reto financiero cercano a 30 mil millones de dólares, lo que abre una oportunidad significativa para esquemas de coinversión público-privada.
El cuarto pilar es la infraestructura digital, donde la fibra óptica, el despliegue de 5G y la instalación de centros de datos requieren tanto energía limpia como disponibilidad hídrica. Su fortalecimiento será determinante para posicionar a México en industrias de alto valor tecnológico.
Reglas claras y mejor estructuración para atraer capital
También resaltó el directivo que el Plan México ya actúa como una guía nacional para organizar prioridades y dar señales claras al sector privado. Añadió que la coordinación entre federación, estados y municipios será crucial, pues las entidades federativas hoy cuentan con mayor capacidad para generar infraestructura tras la aplicación de la Ley de Disciplina Financiera.
Actualmente, México invierte alrededor del 2.7% del PIB en infraestructura, muy por debajo de países comparables como Turquía, Sudáfrica o Rusia, que destinan entre 5% y 6 por ciento. Para Martínez, este rezago representa una enorme oportunidad para acelerar la inversión durante los próximos años.
Proyectos en marcha y aprendizajes
Entre los proyectos que hoy marcan ruta, Martínez mencionó iniciativas hídricas como el Acueducto Cuchillo II en Nuevo León y desaladoras en Baja California, fundamentales para garantizar agua a zonas industriales y urbanas. En energía, destacó nuevas líneas de transmisión diseñadas para eliminar cuellos de botella. Y en logística, mencionó la participación en programas de rehabilitación y operación de carreteras en coordinación con Banobras y la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
Aunque reconoció avances, Martínez afirmó que lo que se ha hecho es apenas una fracción de lo que México necesitará en los próximos dos o tres años. De ahí que el Plan México pueda convertirse en la plataforma decisiva para detonar la inversión que impulse un desarrollo económico más equilibrado, competitivo y sostenible.