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La industria de la construcción en México enfrenta un panorama complejo en 2025, marcado por la desaceleración económica y la disminución de la inversión pública.

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En opinión del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) y un análisis de BBVA Research, el sector continuará enfrentando un ciclo adverso durante el año en curso ante la insuficiencia del gasto público en infraestructura.

 

Según el informe Situación Regional Sectorial de BBVA, el Producto Interno Bruto (PIB) del sector registrará una contracción de -0.1% en 2025, luego de haber crecido 2.4% en 2024, debido principalmente al cierre de los grandes proyectos insignia del sexenio anterior y a la contención del gasto público en el marco de la consolidación fiscal.

 

Prevé el análisis que el primer semestre de este año continuará con una tendencia negativa para la industria, mientras que será hasta el segundo semestre cuando podría comenzar una recuperación moderada, impulsada por los programas de infraestructura carreteros y ferroviarios, entre otros, aunque insuficientes para detonar un crecimiento sostenido.

 

En paralelo, el CICM reiteró que México requiere una inversión en infraestructura equivalente al 5% del PIB para impulsar el desarrollo económico, aprovechar las oportunidades del nearshoring y elevar la competitividad del país.

 

Durante la presentación del 33 Congreso Nacional de Ingeniería Civil, el presidente del organismo, Mauricio Jessurun Solomou, señaló que actualmente el país apenas alcanza la mitad de esa meta.

 

 

Indicó que: “Desafortunadamente, lo que hemos tenido por muchos años es menos del 2.5% del PIB en inversión de infraestructura”.

Jessurun enfatizó que será fundamental la participación del capital privado para alcanzar los niveles requeridos de inversión. “Es muy difícil que el Gobierno por sí solo tenga los recursos necesarios; si no interviene la inversión privada, no se logrará el objetivo”, concluyó.

Las obras de infraestructura deben ser un motor para el desarrollo regional. Si iniciativas como el Plan México alcanzan esta meta, se podrá generar prosperidad.

 

Como ejemplo de ello, Mauricio Jessurun Solomou mencionó el Tren Interoceánico, un proyecto que ya contempla la creación de polos de desarrollo capaces de atraer industrias y generar empleo. “Es una obra interesante y con potencial de rentabilidad, ya que al unir ambos océanos permitirá un mayor flujo de mercancías, mientras que los polos de desarrollo contribuirán a dinamizar la economía local en una región que requiere urgentemente crecimiento”, señaló.

 

Para que este tipo de proyectos funcionen, es fundamental una articulación efectiva entre infraestructura, inversión privada y políticas públicas orientadas al desarrollo sostenible, concluyó.