Tras más de dos décadas de espera, la región del Istmo de Tehuantepec cuenta con una obra que transformará la movilidad y el desarrollo económico del sur sureste del país.
Con una longitud de 169 kilómetros, esta supercarretera reducirá el tiempo de traslado entre la capital oaxaqueña y el Istmo de Tehuantepec, pasando de cuatro horas y media a tan solo dos horas y media, beneficiando directamente a más de 1.4 millones de personas.
La obra no solo promete agilizar la conectividad de productos y servicios, sino que también será un catalizador para el turismo y el crecimiento sostenible de la región, en conjunto con el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).
El diseño de la carretera tipo A2 incluye dos carriles de circulación, 20 entronques, 65 puentes, 15 pasos vehiculares, 10 túneles, 14 viaductos y dos casetas de cobro, lo que garantiza su funcionalidad y seguridad. Para su construcción, se emplearon 460 máquinas y más de 3,100 trabajadores, generando miles de empleos y dinamizando la economía local.
Destacan entre los municipios beneficiados directamente: San Pablo Villa de Mitla, Nejapa de Madero, Santa María Jalapa del Marqués, y Santiago Lachiguiri, entre otros. Estas comunidades, que por años enfrentaron retos de aislamiento, ahora tendrán una conexión más eficiente y una mayor oportunidad para integrarse a los circuitos económicos y turísticos del estado.