De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los precios de los insumos para la construcción al cierre de mayo se ubicaron en 2.89% anual, para ser el nivel más bajo desde que inició la pandemia.
Este cambio de tendencia ha permitido que ahora se ubiquen por debajo de la inflación general, a diferencia del ciclo alcista cuando llegaron a ser el doble del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Durante el primer año de la pandemia (2020) finalizaron con un incremento anual de 5.07%, pero fue a partir del primer trimestre de 2021 cuando los precios observaron una fuerte y sostenida tendencia al alza que se mantuvo vigente hasta el tercer trimestre de 2022.
Ese ciclo alcista se modificó a partir del último trimestre del año pasado, cuando inició la corrección a la baja de la tendencia, que se fortaleció en esta primera mitad de 2023.
Las presiones alcistas derivaron de factores internacionales, porque los precios de los commodities industriales y de los energéticos experimentaron fuertes presiones alcistas. Sin embargo, los riesgos vigentes de una recesión global han mermado dichas presiones y se han ajustado a la baja los precios de los energéticos, principalmente, pero no de todo los commodities.
Por ejemplo, el precio del acero mantenía hasta el viernes 23 de junio un crecimiento anual de 25.67%, mientras el aluminio caía -4.02%, en tanto el petróleo (Brent) se contrae -13.56% anual.
Al acumular el ciclo alcista desde el inicio de la pandemia, los precios de las materias primas de la construcción residencial acumularon de marzo de 2020 a mayo de 2023 un repunte de 35.84%, de acuerdo con el INEGI. Por su parte, el componente materiales de la construcción acumuló en el mismo periodo un crecimiento de 38.7 por ciento.
La corrección que se observa en los precios de los insumos para la construcción es un tanque de oxígeno para un sector golpeado.