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No logró en 2021 recobrar lo que perdió en 2020, pero reportó su primer crecimiento desde 2015.

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La inversión en construcción reportó en diciembre de 2021 un incrementó de 3.7% respecto al mismo mes de un año previo, mientras que en términos mensuales su variación comparada con noviembre fue de cero, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

 

Durante 2021 la inversión en construcción repuntó 5.6%, lo que fue insuficiente para recuperar la caída que se presentó en 2020, cuando se ajustó -17.4 por ciento.

 

Debido a dicho comportamiento, la inversión en construcción muestra un rezago -8.3% respecto a marzo de 2020 (cifras desestacionalizadas), justo previo al iniciar el periodo de confinamiento. No hay que olvidar que la inversión en construcción ya venía con una tendencia negativa en años previos.

De acuerdo con el INEGI, la inversión en construcción en el segmento residencial se recuperó 6.7% en todo el 2021, lo que fue insuficiente para recuperar la caída de -15% del 2020; en la inversión no residencial la recuperación observada fue de 4.5% durante el 2021, lo que quedó lejos de la contracción de -19.7% de 2020.

Los mayores costos de materiales siguen afectando el desarrollo de proyectos y dados los acontecimientos internacionales, es probable que se sigan viendo presiones alcistas en diversos materiales industriales.

 

 


La inversión no residencial recuperó apenas 4.5% en 2021.

 

Un análisis de Monex indicó que la inversión en construcción solo tuvo 5 meses de avances significativos en los 12 meses del año pasado. Sin embargo, “aún con la debilidad mostrada, el sector logró que 2021 fuera su primer año de crecimiento desde 2015, cuando alcanzó su último máximo de 108.0 puntos. De este sector, preocupa en diciembre el segmento no residencial, pues tuvo una caída de -1.8% m/m, que es el segundo peor resultado del año”.

 

Agregaron que la inversión continúa siendo el “talón de Aquiles” de la economía mexicana, pues de todos los componentes de la demanda agregada es el que aprovechó menos el rebote inercial tras la reapertura de la economía y se constituye como la principal atadura para el avance integral de la economía.

 

 

Un análisis de Banorte sobre la inversión fija bruta señaló que “continuamos especialmente preocupados por la construcción. El presidente de la CMIC, Francisco Solares, dijo que esperan un crecimiento entre 3% a 5% del sector este año, ayudado por mayor gasto del gobierno federal en infraestructura. Aunque esto es positivo, no sería suficiente para revertir la caída acumulada desde que inició la pandemia. Entre los problemas, ellos identifican una alta concentración de proyectos que no beneficia a las empresas pequeñas y medianas, además de una baja participación del sector privado en las obras prioritarias del gobierno. Además, estiman que al menos 2 mil 500 empresas han cambiado de giro desde 2018. Esto se debe al impacto por la pandemia, entre otros factores. Esta situación limita el crecimiento potencial, a lo que hay que añadir menores expectativas de avance para el PIB. Aunque aún existen oportunidades atractivas para el sector privado en parques industriales, logística y manufactura ligera, la inflación en el costo de materiales, mayores costos de transporte e incremento en las tasas de interés también son importantes vientos en contra”.