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Fueron colocadas sobre una base de arenas y gravas compactadas, menos resistente a los efectos de las filtraciones de agua y que generó un deterioro en el balasto.

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Las vías del tramo subterráneo de la Línea 12 del Metro, entre las estaciones Tezonco y Olivos, fueron colocadas sobre una base de arenas y gravas compactadas, de 40 centímetros, y no sobre una base de concreto como en el resto de las líneas de la red del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.

Según el análisis del Comité Técnico Asesor (CTA) para el Refuerzo y Rehabilitación de la Línea 12 del Metro, esta base fue  menos resistente a los efectos de las filtraciones de agua, lo que generó un deterioro en el balasto, es decir, las piedras donde descansan los durmientes y rieles.

En este sentido, los expertos recomendaron al gobierno capitalino considerar sustituir, donde se requiera, la base de arenas y gravas por una de concreto. En el peor de los casos, se tendría que sustituir la base de 40 centímetros de espesor a lo largo de los 12 kilómetros que mide el tramo subterráneo de la línea.

Y a fin de prevenir futuras contingencias, recomendaron considerar la sustitución del material base por un material menos susceptible al agua como un concreto ciclópeo o fluido de resistencia especificada a la compresión de 20 kilogramos por centímetro cuadrado en aquellas zonas donde se requiera.

De acuerdo con una publicación de Excélsior, el CTA también pidió revisar con calas, perforaciones para tomar muestras, la base de arenas y gravas para verificar que siga compacta, resistente a las cargas constantes del paso de los trenes y que no presente deformaciones.

De no cumplir lo anterior, recomiendan sustituir por un material menos susceptible al agua y a las acumulaciones de deformaciones plásticas ante cargas cíclicas, tal como un concreto fluido o ciclópeo de resistencia especificada a la compresión de 20 kilogramos por centímetro cuadrado. 

También recomendaron sustituir la vía en siete curvas del tramo subterráneo, renivelar y realinear, verificar el estado del balasto, atender filtraciones, desazolvar cárcamos, uniformizar el drenaje, entre otros. Sin embargo, los expertos no encontraron evidencias para alertar sobre riesgos en el túnel.

“No se encontró evidencia que permita suponer que el túnel esté sujeto a riesgo de daño o colapso estructural, ni en el corto ni en el largo plazo. Lo anterior es válido si las condiciones piezométricas no varían significativamente de las previstas en el diseño”, indicaron.

En tanto, Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México (CDMX) dijo que iniciaron los trabajos de reconstrucción y rehabilitación de la llamada Línea Dorada; esta semana comenzarán los estudios topográficos para después elaborar el proyecto ejecutivo que en un año pondrá nuevamente en operación a la línea.

“Todas las empresas que participaron en la construcción de la Línea 12 han decidido participar en el proceso de refuerzo y rehabilitación, tanto la empresa que hizo la parte metálica como quien hizo el túnel, como quien puso la red electromecánica, como los que suministraron los trenes”.

La Secretaría de Obras y Servicios capitalina (Sobse) y representantes del STCM darán cada semana un informe de los avances de la Línea 12, lo que incluirá visitas técnicas a la obra. Mientras que los recursos que se eroguen por la rehabilitación y reconstrucción serán absorbidos por las empresas que la construyeron.