El impulso al consumo estuvo respaldado por una combinación de factores: Una tasa de desempleo históricamente baja (2.7%), el repunte en el envío de remesas —que aumentaron 4.2% mensual y 9.0% anual en pesos— y una mejora incipiente en la confianza del consumidor. También influyó el efecto estacional del Día de las Madres, que tradicionalmente eleva el consumo durante este mes.
Al interior del comercio minorista, 17 de 23 categorías reportaron avances mensuales. Destacaron las tiendas departamentales con un crecimiento de 13.2%, así como las ventas de automóviles y camionetas (2.8%). También hubo incrementos significativos en segmentos como artículos de papelería y regalos. En contraste, algunas categorías, como ferretería y mobiliario para el hogar, registraron retrocesos.
Por lo que, en ese sentido, se anticipa que las ventas minoristas enfrenten presiones durante la segunda mitad del año, particularmente si se mantiene la debilidad económica y el entorno global incierto. Sin embargo, si disminuye la incertidumbre y las condiciones monetarias se flexibilizan, existe espacio para una recuperación gradual hacia el cierre de 2025.
Mantienen en Monex “un sentimiento de cautela para el consumo de corto plazo, pues este repunte podría relacionarse como un movimiento anticipado por parte de los consumidores, en medio de las presiones inflacionarias internas y bajos niveles de confianza en la economía, en específico en las posibilidades actuales de compra de los hogares”.