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México será el país más beneficiado o menos afectado por la política comercial de Donald Trump, por lo que hay confianza en el papel estratégico que jugará en la reconfiguración global de las cadenas de suministro, así como en los beneficios que traerá la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

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Así lo afirmaron los representantes del nuevo fideicomiso de inversión inmobiliaria especializado en parques industriales, Fibra Next, quienes destacaron que, más allá de la coyuntura política y comercial entre Estados Unidos y China, México se perfila como el país más beneficiado del nearshoring a nivel global, debido a su ubicación privilegiada, su estrecha relación comercial con Estados Unidos y la solidez de su cadena logística, misma que demostró resiliencia durante la pandemia.

 

“México va a ser el país más beneficiado dentro de todo el globo terráqueo de estas negociaciones y guerra de tarifas. Tenemos una posición privilegiada con 3 mil 500 kilómetros de frontera con Estados Unidos y un intercambio comercial que no se borra en tres meses ni en tres años”, señaló Gonzalo Robina, miembro propietario del Consejo Técnico de Fibra Next.

 

Respecto al T-MEC, junto con Raúl Gallegos, director general de la fibra, los directivos aseguraron que no ven riesgo de una cancelación del acuerdo, sino una revisión puntual con ajustes específicos en sectores sensibles como migración y seguridad. “No se trata de una renegociación desde cero, sino de afinar el lápiz. El tratado va a subsistir y México saldrá fortalecido”, afirmaron.

Destacaron además que, los fundamentos estructurales que favorecen al país siguen vigentes: Bajos niveles de desempleo, cercanía geográfica con Estados Unidos, mano de obra competitiva y un entorno geopolítico que favorece la regionalización de cadenas productivas.

“Estados Unidos necesita que México fabrique lo que ellos ya no pueden producir a bajo costo. Somos su socio ideal”, apuntaron.

 

 

Gonzalo Robina subrayó que el nearshoring no es una moda pasajera, sino una tendencia estructural que responde a cambios globales en las cadenas de suministro y a la búsqueda de mayor eficiencia por parte de las empresas internacionales.

 

“México tiene la oportunidad de convertirse en el principal socio industrial de Estados Unidos gracias a su ubicación, talento, infraestructura y —sobre todo— al Tratado de Libre Comercio con América del Norte”, afirmó.

 

Sobre la evolución del nearshoring, los directivos estiman una segunda gran ola de inversión, una vez que se definan con mayor claridad los términos de las tarifas y la revisión del tratado. Esta nueva etapa no solo incluirá la llegada de nuevas empresas manufactureras, sino también de sus proveedores y socios logísticos, lo cual detonará aún más la demanda de espacios industriales.

 

“Por cada metro cuadrado de manufactura que se instale, se requerirán dos de logística. Hoy la demanda está liderada por consumo interno y el e-commerce, pero cuando llegue esa segunda ola del nearshoring, no nos vamos a dar abasto”, advirtieron.

 

Finalmente, Raúl Gallegos aseguró que el contexto internacional, sumado a la estabilidad del marco comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), ofrece condiciones inmejorables para atraer inversión extranjera directa en sectores clave como logística, manufactura avanzada, comercio electrónico y almacenamiento.