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México ha mantenido una lenta recuperación económica luego de la fuerte recesión que ocasionó la pandemia.

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México ha mantenido una lenta recuperación económica luego de la fuerte recesión que ocasionó la pandemia, pero a pesar de ello la calificación soberana se mantiene con grado de inversión.

Este viernes 18 de noviembre la agencia calificadora Fitch Ratings ratificó la calificación crediticia de México en BBB- con perspectiva “estable” de largo plazo, tanto en moneda local como extranjera, lo que contribuyó a que la aversión al riesgo sobre México en los mercados financieros sea menor.

Analistas del sector financiero consideran que para los próximos 12 a 18 meses, es poco probable que México pueda perder su grado de inversión.

 

La calificadora se basó en un marco de política macroeconómica prudente, compromiso con la estabilidad de la deuda, amortiguadores externos a través del tipo de cambio flexible, las reservas internacionales y un bajo déficit de cuenta corriente.

 

Sin embargo, Fitch afirmó la existencia de riesgos para la calificación, entre ellos indicadores de gobernanza débiles, el bajo crecimiento económico, intervenciones políticas que afectan la inversión y el pasivo contingente de Pemex.

Precisamente, otros elementos que considera la calificadora es que el gobierno siga proporcionando apoyo a Pemex, al igual que un incremento del gasto de capital para terminar proyectos clave antes de las elecciones del 2024. Estas circunstancias podrían reducir el espacio fiscal en el mediano plazo, de acuerdo con la visión de la calificadora.

 

 

Fitch prevé que la economía de México crezca 2.5% en 2022 y para 2023 avance 1.4 por ciento. Para Fitch cada vez existe mayor evidencia de que el nearshoring está beneficiando al país, producto de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.

 

Un análisis de Intercam considera que “hacia adelante, mientras las finanzas públicas se mantengan sólidas, con un nivel de deuda estable, la probabilidad de que se pierda el grado de inversión durante los siguientes 12-18 meses es relativamente baja”.

 

Lo anterior lo sustentan en que “el país ha logrado mantener una estabilidad a nivel macroeconómico en un ambiente de alta volatilidad e incertidumbre a nivel global. Si bien las presiones inflacionarias que se presentan en el país y los bajos niveles de gobernanza siguen siendo un factor importante a tomar en cuenta, se espera que México mantenga un ritmo de crecimiento moderado en el futuro próximo”.

Hay que recordar que en julio pasado, Standard & Poor´s (S&P) mejoró la perspectiva de la calificación soberana, al pasarla de negativa a estable.  

Lo anterior se presentó bajo el argumento de que la actual administración federal mantenga una política fiscal “cautelosa”, además de mantener su “credibilidad” en el Banco de México para contener la inflación. También agregó que la forma en que quedó dividido el Congreso, hacía poco viable nuevas modificaciones constitucionales que puedan impactar al mundo de los negocios.

Aunque ambas son noticias que se deben considerar como positivas, hay que recordar que la calificación de México se encuentra dos escalones debajo de cómo inició la actual administración federal.

 

 

Fitch Ratings prevé que la economía de México crezca 2.5% en 2022 y para 2023 avance 1.4%.