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Para el 2023, se prevé una contracción del 0.1% de la economía de la eurozona, reflejando el impacto de la crisis del gas natural.

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La crisis del gas en Europa, la elevada inflación y una fuerte aceleración en el ritmo de endurecimiento de la política monetaria global, están cobrando un alto precio en las perspectivas económicas de Europa, Estados Unidos y el resto del mundo, de acuerdo con un informe de Fitch Ratings.

A finales de 2022, la eurozona y el Reino Unido entrarán en recesión, mientras que Estados Unidos sufrirá una recesión leve a mediados de 2023, según la Perspectiva económica global (GEO) de septiembre, donde la calificadora incluye recortes profundos y amplios en las previsiones del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. Y espera que el PIB mundial crezca un 2.4% en el 2022 y 1.7% en el 2023.

 

"En los últimos meses, hemos tenido una tormenta perfecta para la economía mundial, con la crisis del gas en Europa, una fuerte aceleración en los aumentos de los tipos de interés y una caída cada vez más profunda de la propiedad en China", comentó Brian Coulton, economista jefe de Fitch Ratings.

 

Con este panorama, para el año que entra, se prevé una contracción del 0.1% de la economía de la eurozona, reflejando el impacto de la crisis del gas natural. La calificadora bajó su previsión de crecimiento de la eurozona y espera que el PIB descienda intertrimestral durante tres trimestres consecutivos. También, calcula que la inflación general promediará 8.1% en el 2022 y 6% en el 2023.

En cuanto a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), considera que se está endureciendo más rápido de lo esperado. Después del alza de 50 puntos básicos en julio y 75 en septiembre, se esperan nuevos incrementos hasta el 2% a finales de 2022. Con los riesgos de inflación y el cambio radical del BCE en la trayectoria deseada, el organismo podría subir aún más los tipos. Es posible un mayor ajuste más allá de un nivel neutral, incluso en medio de una recesión.

 

 

Cómo ve la situación de Estados Unidos

La agencia ha recortado fuertemente sus previsiones de crecimiento del PIB para el 2022 y 2023 debido a la debilidad de los datos recibidos, un endurecimiento de la Reserva Federal (FED) más agresivo de lo previsto y la recesión en Europa.

En su informe estima un crecimiento del 1.7% en este año y del 0.5% en el siguiente, y a partir del segundo trimestre de 2023 espera una recesión leve. Ve probable que la inflación suba todavía más durante los próximos seis meses. Espera que la inflación subyacente crezca hasta el 6.6% a finales de 2022 y luego disminuya lentamente hasta el 2023.

 

Ante este pronóstico, se cree poco probable que la FED esté dispuesta a hacer recortes de tipos el próximo año. Hoy en día, calcula un incremento de los tipos de interés hasta el 4% para finales de 2022, para mantenerlos hasta principios de 2024.

 

¿Qué le espera a España?

La recuperación del sector servicios en el primer semestre de 2022 impulsará el PIB de España para llegar al 4.1% este año, superando a la mayoría de las grandes economías de la eurozona, aunque la calificadora estima que el crecimiento se vuelva brevemente negativo trimestralmente para el último trimestre del ejercicio.

Para el 2023, la economía española crecerá 1.7%. Aunque España está menos expuesta al shock energético europeo, se enfrentará a algunas consecuencias tanto en la oferta como en la demanda, de acuerdo con una publicación de ámbito.com.

 

 

Contrariamente, la inflación sigue siendo la más alta entre las cuatro grandes economías de la eurozona, con un 10.5% en agosto y la inflación subyacente creciendo hasta el 6.4%. Pero se estima que ya ha tocado techo.

 

 

Al referirse a la influencia de la crisis del gas, destaca que es una parte menos importante del mix energético en España que en gran parte de Europa. Al mes de julio de 2022 la dependencia directa del gas ruso era del 14 por ciento.

Debido a que España y Portugal desvincularon los precios del gas pagados por las centrales eléctricas y la industria del precio del mercado mayorista, deberían evitar un rápido aumento en los precios al consumidor de gas y electricidad al por menor.

 

Hasta mayo de 2023, el gobierno ha congelado los aumentos en las facturas de electricidad y gas de los hogares. España no es inmune a las interrupciones en los países vecinos y todavía paga precios muy altos por el GNL, que durante mucho tiempo ha sido su principal fuente de importación de gas.