Durante el mes de junio las ventas al menudeo interrumpieron una racha de 10 meses consecutivos de crecimiento, atribuido al repunte en el ciclo de contagios de covid en dicho periodo y a la permanencia de la inflación elevada que ha impactado el poder adquisitivo de las familias mexicanas.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que durante el sexto mes del año en curso las ventas minoristas se contrajeron -0.3% respecto a mayo, aunque en cifras originales presentó un crecimiento de 4.0% respecto al mismo mes del año pasado.
Al respecto, un análisis de Banorte indicó “que este resultado puede ser compensado rápidamente en los próximos meses, apoyado por mejores fundamentales, como el empleo y las remesas. Sin embargo, nos mantenemos atentos a la evolución de las presiones inflacionarias y su influencia en los patrones de consumo de los hogares”.
Los analistas fundamentan su optimismo de que podrían mantener cierto dinamismo en la segunda mitad del año, a pesar de mayores retos en el horizonte, en que al inicio del 3T22 se reactivaron los pagos de programas sociales lo que, en conjunto con una disminución en los contagios de Covid-19, pudo haber favorecido a las ventas, así como el ritmo de crecimiento de las ventas de la ANTAD.
Analistas de Monex afirmaron que “a pesar de que ya se anticipaba un resultado negativo, la caída de las ventas minoristas preocupa por la posibilidad de que no solo se haya debido al repunte en los casos de covid. Las ventas son un referente importante para el consumo privado y este ha sido uno de los motores de la recuperación en nuestro país”.
También consideran que “el deterioro es consistente con el panorama que anticipamos para la segunda mitad de 2022, por lo que, aunque el crecimiento acumulado en los primeros seis meses del año es abundante, será difícil que la economía avance más si los factores de resiliencia se agotan”.