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La disminución de las tasas de interés en México es una buena noticia que puede impulsar el crédito al consumo y empresarial en el corto plazo, no tanto así para el crédito hipotecario donde la corrección no es inmediata, aunque puede ayudar a mejorar su entorno.

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El Banco de México (Banxico) ha bajado en cuatro ocasiones en lo que va de 2024 su tasa de interés de referencia, con lo que se acumuló un recorte de 100 puntos base en actual ciclo de baja, que inició en marzo de este año, para ubicarse en 10.25 por ciento.

 

La expectativa es que en lo que resta del año todavía se presente un ajuste más para terminar en 10.0% al cierre de 2024, y el consenso de analistas (Encuesta de Citibanamex) prevé que en 2025 logre ajustarse hasta 8.0 por ciento.

 

Si bien la expectativa seguirá siendo de baja, el ritmo de contracción es moderado.

Debido a la expectativa de inflación para el próximo año y el menor ritmo de la actividad económica que se espera, hay cierto consenso de que los recortes a la tasa de referencia van a continuar, pero serán graduales e incluso con ciertas pausas por lo que pueda ocurrir en el contexto internacional, principalmente por lo que vaya haciendo la Reserva Federal de los Estados Unidos.

 

Las implicaciones de la reducción en las tasas de interés de referencia deben ser positivas para el crédito, sobre todo aquel que se contrata a tasa variable y se puede reflejar de inmediato en cada ajuste, no así para el crédito hipotecario que usa como referencia las tasas de los bonos de largo plazo, como el M10, y que no se mueve al mismo ritmo que la tasa del banco central.

 

Particularmente, el impacto más inmediato y positivo será sobre el crédito al consumo, porque un menor costo del dinero podría incentivar el crédito al consumo y los préstamos personales, ya que los bancos tienden a reducir sus tasas para atraer a más prestatarios. Esto podría incrementar el consumo interno, favoreciendo el crecimiento en sectores como el comercio y servicios.

Algo similar puede ocurrir con el financiamiento a las empresas, donde los costos de financiamiento más bajos facilitan la inversión en expansión y mejora de infraestructura.

 

 

Por lo que respecta al crédito hipotecario, una baja en la tasa de referencia puede influir en las expectativas del mercado, lo que podría ayudar a estabilizar o reducir ligeramente los costos de los nuevos créditos hipotecarios a lo largo de 2025, especialmente si la inflación se mantiene bajo control.