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El trabajador remoto suele tener un perfil con alto poder adquisitivo y estancias largas, resultando en un tipo de visitante atractivo.

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El segmento de nómadas digitales y trabajadores remotos ha crecido a pasos agigantados durante la pandemia, pero no es tanto una novedad, pues algunas personas llevan años esforzándose para asegurar que los destinos que habitan sean atractivos para este tipo de profesionales.

Si algo caracteriza al perfil del trabajador remoto, es que suele tener un perfil con formación académica superior, alto poder adquisitivo y estancias largas. Es por ello que resulta un tipo de visitante realmente atractivo para los destinos, enriqueciendo a la población local, a nivel social y económico.

Otro punto a favor de atraer a estos perfiles es su carácter ajeno a la estacionalidad, pues suelen quedarse en el destino entre tres semanas y seis meses, convirtiéndose en activadores de la economía local, especialmente en localidades muy dependientes de los flujos habituales de turistas en ciertas épocas del año.

 

Países como Portugal o Croacia, conocedores del gran potencial que este segmento representa, han dado el paso y han creado leyes ‘ad hoc’ para adaptarse a las necesidades de estos perfiles.

 

Es importante resaltar además que el concepto habitual de persona joven mochilera está dando paso a otros perfiles, como directivos de empresas tecnológicas, emprendedores digitales y familias, que es un nuevo segmento creciente que aporta especial valor al destino.

En este sentido, Pablo Torres, consultor hotelero, menciona desde SmartTravel, que un nómada digital busca en el destino comunidad, conexión, clima, costo de vida y conectividad. La comunidad suele generarse en los espacios de coliving y coworking.

 

En España, existe el proyecto Pueblos Remotos, que acerca a trabajadores remotos a pequeñas poblaciones canarias, fomentando la interacción entre estos, emprendedores y empresarios locales.

 

En cuanto a la conexión, referida específicamente a internet y la calidad de banda. El clima suele ser una carta a favor de destinos con climas amables. El costo de vida no se ciñe a que sea solo bajo, sino que existan condiciones adaptadas a las necesidades del visitante, tanto en la parte económica como en el gran lujo.

Y conectividad, referida a las comunicaciones aéreas o terrestres, para poder viajar cómodamente. Cabe destacar que Portugal, Bali o Tailandia suelen ser los primeros destinos que vienen a la mente de quien habla de destinos top globales para este tipo de visitante.