Para las emppresas de todos los tamaños, elegir el entorno de trabajo adecuado se ha convertido en una decisión trascendente. Si bien, la pandemia de Covid-19 aceleró la transición hacia modelos de trabajo remoto y virtual, todavía se debate si las oficinas tradicionales seguirán siendo la mejor opción o serán las oficinas virtuales el camino a seguir.
Y para saber cuál es la mejor opción para tu empresa, Graziella Enrile, directora de comunicación de Jemil, explica cada una de ellas: en la forma tradicional, los centros de trabajo presenciales ofrecen la oportunidad de estrechar las relaciones laborales gracias al contacto cara a cara entre colaboradores, además de brindarles la posibilidad de contar con un espacio y las condiciones necesarias para trabajar, en caso de no contar con ellas en casa.
A su vez, las oficinas virtuales ofrecen pros muy significativos, “el más destacado es la reducción de los gastos iniciales de hasta un 80% respecto al alquiler de un espacio tradicional. Este punto favorece a las empresas en general, pero es de especial interés para emprendedores y Pymes, quienes no siempre cuentan con recursos para cubrir los montos de alquiler, mantenimiento y servicios asociados que conllevan las oficinas tradicionales, y prefieren concentrarlos en la operación de su negocio, evitando correr riesgos”.
Otra ventaja, prosiguió, es que los espacios digitales facilitan la movilidad de sus usuarios, ya que pueden acceder a ellos desde cualquier lugar, incluso toda la empresa puede migrar de ciudad sin necesidad de una mudanza física ni trámites de alquiler de inmuebles.
Sin embargo, se puede contar con un dominio fiscal y comercial, atención a visitas, atención secretarial, acceso a uso de sala de juntas u oficinas privadas de manera eventual, y una presencia comercial corporativa formal que fortalezca la confianza de los clientes.
Lo que ambas modalidades tienen en común es que no son definitivas y pueden funcionar en conjunto sin ningún problema; se pueden mudar al mundo digital las oficinas tradicionales, y los espacios virtuales tienen la opción de pasar a la forma presencial. Regularmente, cuando la empresa está creciendo es cuando resulta más idóneo dar el siguiente paso hacia una oficina física, pues esa decisión habla del progreso que tiene.
Para asegurar que la opción seleccionada es la ideal, “podemos recomendarte considerar otros factores, como la etapa de desarrollo de la empresa, la naturaleza de su actividad, el tamaño del negocio, y los objetivos para tener una oficina, ya sea presencia comercial, imagen corporativa, apertura de nuevos mercados, atención a clientes y proveedores, contar con domicilio fiscal, o revisar simplemente si lo que se requiere es un complemento al trabajo en casa”, dijo la especialista.
Otro punto a considerar es el propósito de contar con una oficina si solo buscas tener una imagen empresarial o la necesitas para atender a clientes y proveedores. Esto, indicó, te llevará a contemplar la cantidad de tiempo que requerirás el espacio mensualmente, tal vez solo lo necesites por un periodo determinado o de manera permanente. Por supuesto, la decisión dependerá en gran medida del presupuesto con el que cuentes.
Pero si aún te quedan dudas, una buena idea es acercarte a otras empresas para conocer su experiencia con cada tipo de oficina, además de asesorarte con inmobiliarias con oficinas virtuales y amuebladas, que estén enfocadas en apoyar a empresas, profesionistas y emprendedores en su desarrollo.