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La inversión extranjera en bienes raíces en Estados Unidos sigue en auge gracias a su estabilidad, alto rendimiento y nuevas plataformas digitales que facilitan el acceso desde América Latina.

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A pesar de los desafíos económicos globales, Estados Unidos se mantiene como uno de los destinos más atractivos para la inversión extranjera en bienes raíces, especialmente en el sector residencial. La estabilidad institucional, la apreciación constante de las propiedades y las posibilidades de generar ingresos pasivos continúan atrayendo a inversionistas internacionales que buscan resguardar y diversificar su patrimonio.

 

De acuerdo con la Asociación Nacional de Realtors (NAR), México es el principal país latinoamericano en volumen de inversión en bienes raíces residenciales en EE.UU., aportando alrededor del 11% del total anual. Le siguen naciones como Colombia, Brasil y Argentina, que en conjunto movilizan miles de millones de dólares hacia este mercado, en particular en la adquisición de propiedades existentes.

 

Una de las razones detrás del interés creciente es el acceso a soluciones digitales que simplifican el proceso de compra desde el extranjero. Empresas como Waltz, una plataforma financiera especializada en financiamiento inmobiliario, han contribuido a reducir las barreras operativas y legales mediante tecnología. Esta firma, que recientemente aseguró 50 millones de dólares en capital y deuda para expandir sus servicios, permite a inversionistas foráneos abrir cuentas bancarias, constituir entidades legales en EE.UU. y acceder a créditos hipotecarios, todo de manera remota.

 

 

Este tipo de herramientas cobra relevancia en un contexto donde los compradores internacionales valoran cada vez más la agilidad, la autogestión y la transparencia. Además, los desarrollos tecnológicos permiten a más personas participar en un mercado antes reservado a inversionistas con redes legales y financieras complejas.

La expansión de plataformas como Waltz hacia América Latina, con énfasis en mercados como México, refleja una tendencia clara: La digitalización del acceso al mercado inmobiliario estadunidense está democratizando la inversión transfronteriza. Esto podría incrementar el flujo de capital extranjero hacia EE.UU. en los próximos años, sobre todo si las tasas hipotecarias se estabilizan y los precios continúan mostrando una valorización constante.

Mientras tanto, los gobiernos y las asociaciones del sector siguen monitoreando el impacto que esta inversión extranjera tiene en los mercados locales, especialmente en ciudades con alta demanda y oferta limitada.

 

Lo que parece claro es que, más allá de modas o coyunturas, el real estate en Estados Unidos se mantiene como un vehículo sólido para inversionistas extranjeros que buscan seguridad jurídica, estabilidad cambiaria y rendimiento sostenido a largo plazo.