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El sector vivienda en México enfrenta un escenario complejo en 2025, marcado por la desaceleración económica y la incertidumbre generada por una posible guerra arancelaria con Estados Unidos.

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Factores como la falta de reserva territorial adecuada, el encarecimiento de insumos y la volatilidad en el mercado financiero han dificultado el desarrollo de nuevos proyectos habitacionales, especialmente en la frontera norte del país.

De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi), la intención de Estados Unidos de imponer aranceles de hasta 25% a productos mexicanos podría afectar severamente la economía de las entidades con vocación exportadora. La medida impactaría a la industria maquiladora y, por ende, a los trabajadores de estas regiones, generando incertidumbre en el mercado inmobiliario.

 

Para mitigar los efectos de la desaceleración económica, Serfimex Capital recomienda a los desarrolladores garantizar absorciones de mercado bien fundamentadas, sobre todo en la región fronteriza, donde los proyectos de vivienda horizontal permiten construir al ritmo de la demanda.

 

 

Justamente la industria busca estrategias para mitigar los efectos de la desaceleración. Una de ellas es la integración de migrantes deportados a la fuerza laboral del sector construcción, que actualmente enfrenta una escasez de mano de obra en oficios clave como albañilería, plomería y electricidad. Además, el uso de materiales nacionales o alternativos se presenta como una opción viable para reducir costos y mejorar la rentabilidad de los proyectos.

En este contexto, Serfimex Capital, financiera especializada en soluciones para el sector inmobiliario, mantiene su compromiso con los desarrolladores a través de su línea de crédito puente. Para 2025, la institución prevé la colocación de 4 mil millones de pesos en financiamiento, divididos en partes iguales para vivienda de interés social y desarrollos residenciales.

 

A pesar de los desafíos económicos, las recientes reducciones en tasas de interés han sido bien recibidas por los desarrolladores, lo que representa un incentivo adicional para impulsar nuevos proyectos de vivienda.