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Una vivienda para un adulto mayor debe ofrecer mucho más que cuatro paredes: tiene que ser un espacio seguro, cómodo y adaptado a sus necesidades físicas y emocionales.

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En México, el envejecimiento de la población es una realidad inminente. Según datos del Senado de la República, se estima que para 2050, una de cada cuatro personas será mayor de 60 años. Ante este panorama, garantizar que las viviendas sean adecuadas para este grupo poblacional se convierte en un tema prioritario para fomentar su bienestar y calidad de vida.

 

Y para garantizar una buena calidad de vida en la etapa adulta mayor, la vivienda debe ir más allá de ser un lugar para habitar. Es necesario adaptarla para que sea funcional, segura y cómoda, considerando las necesidades específicas de este grupo de la población, indicó Karla González Montoya, marketing manager B2C de Inmuebles24.

 

Según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), contar con viviendas amigables contribuye a un envejecimiento saludable y a una sociedad más inclusiva. Mariana Garrido Olvera, consultora en bienestar y cuidados de adultos mayores, señala que ciertas adaptaciones son esenciales para hacer del hogar un lugar amigable y seguro.

Claves para adaptar una vivienda

  1. Iluminación adecuada

La iluminación es esencial para evitar accidentes y facilitar actividades diarias como leer o ver la televisión. Se recomienda contar con luces bien distribuidas y de intensidad suficiente, especialmente en áreas como pasillos, baños y escaleras.

  1. Accesos amplios y seguros

Los espacios deben ser accesibles y permitir el libre movimiento. Esto incluye rampas, pasillos amplios y puertas que faciliten el uso de sillas de ruedas o andadores. Además, estas características resultan cruciales en caso de emergencias, como una caída.

  1. Baños adaptados

 

El baño es una zona de alto riesgo para los adultos mayores. Incorporar barras de apoyo, pisos antiderrapantes y mobiliario ergonómico puede prevenir accidentes y hacer más sencillo su uso diario.

 

  1. Sistemas de comunicación para emergencias

Tener teléfonos a la mano o dispositivos de alarma facilita la atención inmediata en caso de urgencias médicas o accidentes.

  1. Espacios para la convivencia comunitaria

Tendencias como el “cohousing” han ganado popularidad en México y otros países. Este modelo combina privacidad con la posibilidad de realizar actividades grupales en espacios comunes, fomentando el bienestar emocional y social de los adultos mayores.

Invertir en calidad de vida

Como explica Mariana Garrido Olvera, invertir en estas adaptaciones es una decisión inteligente que reduce riesgos y mejora la calidad de vida. Además, acudir a un experto puede garantizar que los cambios sean efectivos y adaptados a las necesidades particulares de cada persona.

 

A medida que la población mexicana envejece, con proyecciones de que un cuarto de la población será mayor de 60 años en 2050, es fundamental diseñar viviendas que permitan envejecer con dignidad y confort. Crear espacios inclusivos y funcionales no solo beneficia a los adultos mayores, sino también a sus familias y al tejido social en general.